El consumismo, arma letal para el medio ambiente

Consumir recursos es inevitable para la supervivencia, pero abusar de esto deja una huella ambiental que es difícil de borrar

Si miras a tu alrededor es fácil darse cuenta de que los seres humanos estamos siempre consumiendo. Ya sea para comer, vestirnos, desplazarnos, trabajar, entretenernos; al final, los productos y servicios nos permiten cumplir con nuestras actividades, pero dejamos, a la par, una huella ambiental.

“Especialmente cuando consumimos más de lo que realmente necesitamos y de lo que el planeta puede proveer”, advierte Greenpeace México.

Hablar de consumismo es tocar el tema del desequilibrio que existe entre lo que producimos, consumimos y desechamos en relación con su impacto en el ambiente. En los años recientes, se ha identificado que extraemos recursos naturales a nivel global en un 50% más que tan solo hace 30 años.

Puede pensarse que el consumo de recursos es inevitable para nuestra supervivencia; sin embargo, hay una diferencia entre el consumo necesario y vital y el consumismo, es decir, la tendencia por acumular y reemplazar vorazmente bienes y servicios, que incluyen muchos productos no esenciales o que son resultado de necesidades inventadas con fines de aceptación social.

Para 2050, la población humana crecerá a 9 mil 600 millones, es decir, poco más de 3 mil millones de personas más, lo cual es insostenible con nuestro ritmo actual de consumo.

Solo como ejemplo, veamos los datos de Greenpeace México ofrece en un blog especializado en temas de sustentabilidad, en relación al consumo de la tecnología y su relación con el aumento de los plásticos.

“Piensa en la manera en que nos comunicamos, desplazamos y entretenemos. Prácticamente en todas nuestras acciones cotidianas está involucrada la tecnología”, señala el documento.

Quizá sea difícil aceptar que al usar nuestro celular o ver una película en streaming contribuimos al deterioro ambiental, ¡pero la realidad es que sí hay un impacto!

Los servicios de nubes, streaming y similares tienen un costo energético elevado por su consumo de electricidad y la manera en que esta se genera, por ejemplo, con combustibles fósiles. 

Por otra parte, la producción de dispositivos también implica un impacto enorme: por ejemplo, para fabricar una computadora personal se requieren aproximadamente 22 kilos de químicos, 240 kilos de combustible y 1500 litros de agua.

Además, las empresas de tecnología han optado por un modelo de sustitución, en vez de uno de reparación. La obsolescencia programada de los dispositivos electrónicos es otra causa del consumismo, ya que al diseñar aparatos destinados a tener una vida útil corta, se obliga a las y los consumidores a sustituirlos por nuevos productos. 

Imagina que con el tiempo de vida útil de un smartphone (18-24 meses), ¡cada dos años cerca de 2 mil 800 millones de personas cambian de celular! Por otra parte, el plástico, que ha sido muy útil para la humanidad en general, también se ha convertido en un terrible enemigo del planeta.

Según el Plastic Atlas 2019, del año 1950 al 2017, se han producido 9 mil 200 millones de toneladas de plásticos. De esto, se estima que menos del 10% de esa producción se ha reciclado. 

Si la tendencia continúa, para 2050 la producción de plásticos liberará 56 mil millones de toneladas de emisiones de CO2.

Texto y fotos: Agencias

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