El fandom: segunda parte

Por Juan Esteban Méndez

Mae govannen, estimados lectores, el hecho de ser fan no solamente arraiga el hecho de ser seguidor de algún elemento mediático o cultural, por que va más allá de eso.

Contrario a como la cultura se ha encargado de estereotipar al fandom promedio, el individuo identificado como fanático lleva una vida social, sentimental y laboral igual que cualquier miembro de la sociedad y que en vez de alejarse y mantener conductas que lo conlleven al egoísmo estético y emocional, desarrolla una naturaleza empática y una familiaridad única con las historias con las cuales se identifica y más aun con los miembros que relaciona como los mismos seguidores de su propio fanatismo, creando vínculos de amistad y compañerismo.

De allí que surgieran “clubs de fans” que fortalecen las opiniones y experiencias de un grupo de personas, de la misma manera el formato de los clubs de fans se ha replicado en otras muestras sociales entre la comunidad fandom, que van desde proyecciones de las películas o círculos de lectura de la historia con la que tienen afinidad, incluso realizando labores altruistas.

Con las nuevas extensiones informáticas que han llegado desde principios del siglo XXI y la capacidad universal de las redes sociales de poder ser más abiertas y cercanas con las comunidades como nunca antes había sucedido en la historia, este estigma con el cual cargaba el fandom ha desaparecido al no contar con un adoctrinamiento mediático que se base en la preconcepción estereotípica del fan.

De manera lenta pero segura, la presencia de los fans de cualquier tipo de afición están llegando a ser un método de vida aceptable. Muchos líderes de opinión de esta comunidad con grandes éxitos en los medios y en la vida pública siguen el camino del fan y se alejan por completo de la ideología estigmatizante con la que cargaban años atrás, ahora las nuevas generaciones pueden desarrollar su afición y entusiasmo por una ideología o figura de ficción con mayor libertad y mayor satisfacción trascendental.

Nos veremos hasta el 2019, así que les deseo de todo corazón un feliz año nuevo mis estimadísimos lectores.

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