El fervor guadalupano se apodera de San Cristóbal

La alegría y la devoción por la Virgen de Guadalupe se desbordó en San Cristóbal en la víspera del 12 de diciembre 

Ayer, desde temprana hora comenzaron a llegar, desde diversos puntos de la entidad y de la Península, grupos de ciclistas y de antorchistas que con júbilo llegaban hasta la imagen de la Morenita del Tepeyac para tocarla o cuando menos verla de cerca y encomendarle sus peticiones especiales o alguna gracia, así sea por la salud propia o la de un ser querido.

En los alrededores, el ambiente era muy especial, en medio de porras y gritos de ánimo hacia los corredores y ciclistas que se ha hecho una costumbre lleven sobre sus espaldas imágenes de tamaño real de la Guadalupana o crucifijos que adquieren en los lugares a los que viajan, (especialmente en el centro del país donde dicen están a precios mucho más económicos), y los pregones de los vendedores de papas fritas, churros, entre otras cosas.

A un costado de la Iglesia se colocó una imagen y un espacio para colocar las veladoras que con fe colocan los visitantes, ya que ayer miércoles se encontraba tan llena que se tenían que colocar en el piso, mientras que en las calles aledañas era constante el sonido de las alarmas de auto que adaptadas anunciaban la llegada de uno y otro grupo de ciclistas que eran recibidos con aplausos.

Como es costumbre en el costado norte de la parroquia se instaló una tarima en la que se presentaron diversos grupos artísticos que ofrecieron su actuación a la Guadalupana, y en la parte posterior se podía degustar el tradicional chocolomo que se elabora con la carne de res que buenos samaritanos donan para recaudar fondos para la Parroquia.

Texto y foto: Manuel Pool 

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