El fin de la inteligencia en México (I)

Mario Barghomz
mbarghomz2012@hotmail.com

Quizá para un hombre de sesenta o setenta años no parezca mucho, porque la sensación del tiempo parece acortarse cuando éste (el tiempo) ya se ha vivido, pero el Siglo XX para las personas mayores parece tan cerca, porque además es el siglo que traen en sus costumbres, es el siglo de sus tradiciones, es el siglo (como dicen) de su época, de su pasado.

No es así para los jóvenes del Siglo XXI, los nuevos millennials para quienes el Siglo XX aparenta ser una época tan vieja, tan lejana, de un pasado obviamente anticuado. Los que tienen hoy veinte o treinta años, ignoran e invalidan lo que sucedió o se vivió antes de su nacimiento, aunque por supuesto hay que admitir (afortunadamente) las excepciones a la regla de la gente más culta e intelectual.

Lo cierto es que el Siglo XX representó para la cultura, el arte y la educación en México, una época de cambios y desarrollo fundamentales; de inteligencias fundantes de lo que hoy representa lo que somos como país moderno.

La inteligencia en México fue notable a través de movimientos (artísticos y culturales), grupos intelectuales (humanistas, académicos y literarios), edición de revistas (Vuelta, Plural, Nexos…) y de libros (Porrúa, FCE, UNAM, UAM, SEP…) que guiaban de alguna y muchas maneras la inteligencia del mexicano. Buenos tiempos sin duda llenos de voluntad y de ánimo, de hambre de ser y de verdadero espíritu, de ganas de salir adelante luego de la Revolución Mexicana en 1920.

Quizá fue José Vasconcelos el precursor y promotor del primer gran movimiento intelectual en México, al encargarse de la primera Secretaría de Educación Pública y la Activación de la Universidad Nacional (UNAM). Como filósofo y educador más que como político, José Vasconcelos abrió un cauce intelectual en México, el de la educación, el estudio y la lectura. Pero sin duda no sin el preámbulo humanista de Alfonso Reyes, que ya desde 1909 (un año antes de nuestra Revolución) había fundado el Ateneo de la Juventud al lado de otros intelectuales como Pedro Enríquez Ureña y Antonio Caso, así como el mismo José Vasconcelos.

Luego de 1920 y 1930, los años cuarenta y cincuenta fueron años plenos de actividad artística; fue la época del Cine de Oro Mexicano y el desarrollo del Muralismo Nacionalista gestado por Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco que, ligados a la política de reconstrucción nacional, pintaron las paredes de México (las de las universidades, edificios gubernamentales y foros públicos) con temas indigenistas, mestizaje y criollismo exaltando el valor de la lucha de independencia y revolucionaria centrado en el indígena, el obrero y la lucha de clases.

El Cine de Oro fue la mejor época de nuestro cine (hasta ahora); la de películas y actores que hoy son clásicos nacionales de nuestro arte y cultura. Actores como Pedro Infante, Jorge Negrete, Dolores del Río, María Félix, Pero Armendáris, Emilio “indio” Fernández, la familia Soler, entre muchos otros, junto a guiones y personajes, hoy forman parte de la identidad vernácula y nacional del mexicano.

Luego vendrían los años de 1960, cuando ya México comenzaba a integrarse al resto del mundo (un mundo en reconstrucción después de las dos guerras mundiales: 1914/18 y 1940/45) a través de sus relaciones diplomáticas y sus tratados políticos. Fue la época del movimiento estudiantil de 1968; época (dentro de la cultura) de cambios significativos en la moda, la educación y la música. México salió entonces de su folklor nacionalista para integrarse a los nuevos rumbos del mundo, la música “pop” sobre todo, que había nacido también como respuesta al ánimo de identidad y libertad de los jóvenes. Música ya no de orígenes étnicos sino modernos que tuvo su raíz sobre todo en Inglaterra y Estados Unidos con grupos como The Beatles y The Rolling Stones, y artistas de inspiración norteamericana como Elvis Presley.

En nuestro país los años de 1960 y 70 no fueron años de procesos originales creativos, sino de “covers” que traducían las canciones en inglés al español a través de artistas que se hicieron populares y famosos aún hasta la década de 1990.

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