El martirio, señal del fin de los tiempos

Roberto Dorantes
robertodorantes01@gmail.com

“Todos los odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas” (San Lucas).

En este pasaje del evangelista nos encontramos ante una profecía que se viene cumpliendo desde la iglesia primitiva, Jesucristo nos advierte sobre las señales del fin de los tiempos y el motivo principal de la persecución a cristianos: “Todos los odiarán a causa de mi nombre”.

En estas palabras denota la radicalidad de la fe, por eso cobran sentido las palabras de Cristo: “El que no está por mí, contra mí está”.

Por esta razón los cristianos siempre han estado alertas a las señales de la Parusía, palabra que tiene origen del griego parous que significa presencia o llegada, es decir, del advenimiento glorioso de Jesucristo al fin de los tiempos.

Al leer sobre el juicio final en los evangelios, me surge una pregunta, qué sentimientos despierta en mí las señales de los últimos tiempos; considero que todos los que tratamos de seguir a Cristo, en todos los tiempos se han preguntado lo mismo.

Al leer el martirologio (catálogo de mártires y santos organizado según el orden de sus fiestas, es decir, según el calendario), me doy cuenta que los primeros cristianos les infundía esperanza el saberse odiado por nombre de Cristo, por citar un ejemplo, San Ignacio de Antioquía, él ansiaba ser martirizado y al momento de su muerte exclamaba: “soy trigo de Dios, y he de ser molido por los dientes de las fieras, para poder ser presentado como pan limpio de Cristo”.

Los primeros y todos los mártires han logrado imitar a Jesucristo en sus enseñanzas hasta en su pasión y muerte, con una nota características la alegría de seguir al Maestro hasta el último momento de su existencia terrenal.

“Ni un cabello de vuestra cabeza perecerá” ésta frase de Jesucristo pareciera contradecir la gracia del martirio, a pesar del sufrimiento infligido por los verdugos, el mártir sublima el dolor por la gracia y porque sabe que la ganancia del cielo es mayor que la muerte, cómo podemos leer en el martirio de San Esteban, que relata las sagradas escrituras,: “Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios”. (Hch 7 56)

El Papa Francisco insiste en que la época que nos toca vivir está dando a la Iglesia más mártires que entonces. El sentimiento que surge de mi ser sobre estos temas es que todo creyente vive un martirio con esperanza y la alegría de la fe.

La Iglesia católica define martirio como el supremo testimonio de la verdad de la fe; designa un testimonio que llega hasta la muerte. El mártir da testimonio de Cristo, muerto y resucitado, al cual está unido por la caridad. Da testimonio de la verdad de la fe y de la doctrina cristiana.

Soporta la muerte mediante un acto de fortaleza. ‘Dejadme ser pasto de las fieras. Por ellas me será dado llegar a Dios. (CIC 2473)

Sin embargo hay otro tipo de martirio el ser perseguido a causa de la fe, pero sin el derramamiento de sangre, esto es llevar una vida de acuerdo al Evangelio. A este martirio me refiero que vive todo cristiano, al menos si no se nos concede sufrir el martirio en sentido estricto sí llevemos una vida digna a los ojos de Dios, preferir agradar a Dios en todo momento más que al mundo.

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