El storytelling accidental: Adame vs. Trejo

Por Didier Ucán 

Cuando se revivió el pleito entre Alfredo Adame y Carlos Trejo, pensé que se quedaría en una simple muestra de dimes y diretes y que pronto terminaría por ser olvidada, como ha acontecido los últimos 15 años.

De repente hicieron lo que algunos pensábamos que nunca pasaría: pactaron una pelea, el hype en internet hizo lo suyo y miles de usuarios acabaron al pendiente de la culminación de un evento de 15 años como si se tratase del mismísimo Avengers: Endgame. Por fin ambos hombres le pondrían fin a esta disputa y por fin podríamos ver si la disciplina de un arte marcial podría prevalecer o por el contrario la pelea de la calle se alzaría victoriosa.

El incidente no hizo más que recordarme cómo funcionan las historias en la lucha libre, las MMA o el boxeo, en donde muchas veces se aprovechan estas diferencias y disputas reales para vender un enfrentamiento que se va a quedar en un simple espectáculo.

Quizá en el box y en las MMA no está estrictamente guionizado, aunque seguramente las promotoras sí les dicen a los peleadores que hagan cierto tipo de actitudes, palabras o señales que sirvan para que la gente se quede expectante y pague por ver la pelea. En la lucha libre, especialmente la que se practica en Estados Unidos, la creación de la storyline es la base principal sobre la que se erige el producto de entretenimiento; usan las emociones del espectador para encaminar el producto, para crear expectativas y finalmente para que nos interese cada vez más quién será el perdedor. Es la manera en la que nos presentan a los personajes y terminamos por empatizar con ellos.

Ejemplos hay muchos, pero un caso en específico y fácil de entender puede ser el del luchador mexicano Rey Mysterio, el luchador mide 1.69 y su estatura siempre ha sido el eje principal de cómo vender al luchador, en alguna de sus etapas en la empresa WCW fue vendido como el mata gigantes, porque se enfrentaba a tipos de más de dos metros a los cuales vencía. Dando un mensaje de perseverancia y del desfavorecido que se alzaba ante la adversidad.

Pero volviendo al tema que nos atañe, Trejo y Adame hicieron un trabajo envidiable para construir su encuentro, aunque sea casualidad, los distintos dimes y diretes, el odio irracional y las situaciones en las que se han visto inmiscuidos han creado esa curiosidad y ese morbo de la gente.

Esta historia lo tiene todo: descalificaciones de fraude, un supuesto asesinato de un trabajador de Trejo, la responsabilidad de un sentido de venganza/justicia, un contrato firmado en el que se asegura por fin saldrán zanjadas esas diferencias y una agresión física justo antes de la pelea. Todos estos componentes colocan al encuentro como si se tratase de una de las historias mejor planeadas y contadas de la mismísima WWE.

Una pelea que por accidente supo llegar a la médula de los mexicanos con internet, que no respetó clases sociales y de la que ahora todos están pendientes.

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