El timonel no tiene quien le diga…

Por: Miguel II Hernández Madero

Yucatán parece un barco con un timonel que no sabe a dónde dirigirse y lo peor de todo es que no tiene quien le diga hacia dónde está el camino; por ello da bandazos, entre la pobreza, desempleo, suicidios y ahora hasta manifestaciones de protesta que afectarán su popularidad para las elecciones intermedias.

Podríamos resumirlo en una frase: el timonel (nuestro timonel), no tiene quien le diga. No hay consejeros, no hay consultores de imagen, no hay rumbo y al no haber rumbo, tampoco habrá destino.

Es innegable que Yucatán es una tierra mágica, maravillosa, que presume sus índices de seguridad, sus bellezas naturales y sus zonas arqueológicas. Vamos, incluso se presume como destino para el turismo LGBT, que es de alto poder adquisitivo. Se diría, con razón, que somos un casi un paraíso, pero el problema es ese “casi”.

Tenemos una fuerte inversión en materia de seguridad pero siguen habiendo muchos robos, claro, si nos comparamos con lugares donde las ejecuciones son cosa de todos los días, o donde hay asaltos de manera cotidiana, se dice “no estamos tan mal”, pero esto es normalizar la violencia y el delito. Escudarse en el mal de muchos, no es la salida, por el contrario lo que se debe hacer es trabajar y eliminar esos focos que tenemos.

Y esto se refiere no solo a la seguridad, sino también a la salud pública, al desempleo y a los índices de pobreza que se vive en la entidad y de lo que se va a estar hablando en los próximos meses porque estamos en época de precarnaval.

¿Qué tiene que ver esto? Bueno, en precarnaval se ensayan los mejores pasos, se muestran los disfraces, se pone a prueba el maquillaje y las máscaras, además del retoque de las comparsas. Algunos se quedan en ellas, otros son cambiados por no seguir el ritmo, de tal manera que cuando el Carnaval llega, ya todos están listos para la fiesta efímera y los aplausos.

Estamos en época de precarnaval…, político, pues todos están ensayando y dar los toques a las máscaras que lucirán en el Carnaval de la campaña de 2021, las elecciones intermedias, cuando se medirá la verdadera popularidad del timonel que se escogió en las elecciones de 2018.

¿Ensayarán bien los pasos? ¿Su maquillaje será suficiente? ¿Las máscaras serán suficientes? Ya lo veremos conforme pasa el tiempo y ojalá que ya nuestro timonel salga a conocer la nave que le toca dirigir o que escoja mejor a los vigías quienes deben orientarle e informarle de cómo van las cosas. No vaya a ser que por falta de información su nave se hunda como el Titanic.

Hasta la próxima…

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