El último vuelo del dragón

Por Juan Esteban Méndez

Mae govannen estimados lectores. Es tiempo de comenzar en este espacio a realizar una actividad que me enriquece personalmente: el análisis cinematográfico, el día de mañana se estrenará en todos los cines del país la película “Cómo entrenar a tu dragón 3” con la cual finaliza -esperemos- la historia de Hipo y su fiel compañero de aventuras chimuelo.

Este tercer largometraje finaliza la historia, en dónde el personaje de Hipo deberá responder cómo líder de su pueblo y dónde su compañero dragón conocerá a otra cómo su especie y todo lo que conocían se pondrá en duda, mientras se enfrentan a su peor amenaza hasta ahora.

La película tiene demasiados aciertos y desaciertos, el director estaba bajo una presión constante de cerrar correctamente la trilogía y esto se ve claramente en el transcurso de la misma, aunque a pesar de lo lento que se siente el crecimiento de Hipo durante la película y vemos una velocidad más alta en la transformación del personaje de chimuelo, todo el largometraje se centra en el crecimiento de ambos, cada quien siguiendo su propio camino y que finalizan de manera correcta, estrepitosa pero correcta.

El mayor desacierto del filme es sin lugar a dudas el antagonista, el villano quien al inicio del largometraje parecería ser implacable y memorable, poco a poco va perdiendo intensidad hasta convertirse en una fuerza opositora algo genérica, que no representa una amenaza latente para los héroes y que más que presentar un villano sustancial, es un elemento más que sólo funciona como vehículo para continuar la historia.

Cómo entregar a tu dragón 3 finaliza la saga de una manera un poco confusa, no por el final o por el destino de los personajes, tal vez y siguiendo el destino que ha tenido la saga en series animadas y en especiales de corta duración que estemos muy lejos de ver el verdadero final de estas aventuras y que una vez más veamos en un par de años el inicio de una nueva trilogía o de una nueva serie de caricaturas, ya que tenemos muchos agujeros argumentales que definitivamente se tienen que llenar.

 

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