El valor de la vida

Mario Barghomz
mbarghomz2012@hotmail.com

Hablaremos aquí de manera más profunda del éxito. No el éxito fortuito en alguna empresa o tarea, profesión, actividad deportiva o artística. Sino de una filosofía del éxito en la vida.

Hoy mismo que nos encontramos en una situación extrema de vida o muerte frente a la pandemia del COVID-19, se hace indispensable reflexionar sobre nuestra situación de vida. ¡Cuánto vale mi vida realmente! (hablo del precio de su valor natural y no financiero). Y si la vida que tenemos o llevamos a cabo es la vida que queremos tener.

Regularmente le damos más valor a las tareas espurias, superficiales y mundanas (impulsos, apetitos, ambición y deseos) que a aquellas otras que a la larga nos proporcionarían más paz y serenidad y no tanta perturbación y ansiedad.

Al final o ya en el umbral de nuestra existencia la vida nos deja claro, si lo que hacemos o hemos hecho con nuestra vida a través del tiempo, tiene o ha tenido sentido o no. Porque de no ser así, llegado el momento nos arrepentiremos a no ser que cínicamente nos empeñemos en ignorarlo.

¿Estoy realmente en paz con los demás y conmigo mismo? ¿Aprendí a conservar mi salud a través de los años o soy uno más de tantos enfermos longevos con los típicos achaques degenerativos? Si hoy mismo me preguntaran sobre el verdadero valor de la vida ¿cuál sería mi respuesta? ¿contestaría lo mismo que hace 20, 30 o 40 años? ¿qué cambió con los años y la edad que debe ser hoy significativo para mi persona?

¿Qué le diríamos a un nieto o a un hijo para que no se equivoquen o sigan el mismo camino o ejemplo que nosotros? O irónicamente contestaríamos como muchos supongo que contestarían blandiendo como bandera su soberbia: ¡no me arrepiento de nada! Porque en ese sentido entonces podemos suponer que quien así conteste, a pesar de la edad y el tiempo vivido, para su miseria emocional y de salud, ¡no habrá entendido nada!

La equivocación y la corrección forman parte de nuestra tarea humana; está implícito en nuestra naturaleza. Equivocarse, forma y transforma. De otra manera, uno nunca aprendería ni cambiaría.

Hoy mismo estos tiempos difíciles nos obligan a cambiar, a redefinir o abandonar sobre todo actitudes y costumbres poco convenientes o en definitiva tóxicas para seguir viviendo con ellas. Y quienes digan que ya están viejos para eso, así tengan noventa años, ¡se equivocan! Uno nunca deja de aprender. Uno siempre puede cambiar. Se llama: ¡adaptación!

Esto implica la simple tarea de comer bien y mejor, de mejorar nuestras horas de sueño, de hacer ejercicio diario sin pretextos de horario, ocupación, herramientas o espacio, de relacionarnos mejor con los demás, de tener fe. ¡Y todo está en nuestras manos!

Es la inteligencia de los mejores (mamíferos superiores) como lo explicó ya Darwin en su estudio de la Evolución de las Especies, los que sin duda entenderán de qué hablo. Ya que la inteligencia en este sentido no se mide por el conocimiento teórico adquirido que es pura información almacenada en un cerebro, sino por la virtud de ser apto para adaptarse a los nuevos tiempos, nuevos modelos de sobrevivencia humana.

La causa de muchas enfermedades longevas degenerativas, está en la conducta de la persona. No es su organismo sino en su bajo juicio moral y ético. En su ausencia de reflexión y criterio. No hacer lo que se debe hacer sino lo que se quiere hacer, siempre tendrá sus consecuencias. Es un elemental resultado de matemática física donde la predicción está sujeta a una causa para originar una consecuencia que ya se sabe. Y el único o máximo responsable de un daño será la propia persona que lo padezca, aunque siempre sean los demás los que terminen atendiendo la enfermedad o el dolor de sus malas decisiones.

El valor real de la vida más allá del afán y el placer mundano, es el equilibrio, nuestro balance (emocional, mental y físico), el amor, la bondad y el gozo. Una vida ausente de la enfermedad de sentirse mal siempre. Una vida en paz y en plenitud sincera.

¡Éste, creo, es el verdadero éxito de nuestra existencia humana!

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