El vaticinio de los hermanos Russo

Por Marcial Méndez

En una reciente aparición pública en un evento de business insider, los hermanos Joe y Anthony Russo –directores de Avengers: Infinity War– profetizaron la muerte de las producciones hollywoodenses de 2 horas de duración. Evidencia tienen: los respalda el exitazo de su ya mencionada mega-producción del MCU y, por supuesto, el hype que ha generado el recién estrenado tráiler de su secuela (la cual, se ha dicho, actualmente ronda por ahí de las 3 horas de runtime).

La dupla atribuye este cambio venidero al desgaste que -supuestamente– han sufrido los largometrajes de 120 minutos como medio narrativo. Joe afirma que estos han perdido su capacidad de sorprender y que el desenlace de sus tramas se ve venir desde su arranque. ¿Estará la solución de esto ligada a la duración de un filme?

En corto: no me lo parece. En ese mismo evento, Anthony Russo aseveró que es imposible sorprender a las audiencias si uno no va más allá de lo convencional. Estoy totalmente de acuerdo, pero eso tiene más que ver con la dimensión narrativa de un filme que con su duración. Claro que unos 30 o 60 minutos “adicionales” permiten desarrollar mejor una historia, pero lo que realmente hace la diferencia es el atrevimiento creativo de sus realizadores. Esto bien lo saben los Russo, pues fue su subversión de las convenciones narrativas del MCU lo que le confirió a Infinity War su tremendo impacto.

No obstante, no puedo imaginarme una versión de 2 horas de Infinity War capaz de igualar la fuerza y la emoción de la que se vio en el cine. Esto me parece clave para entender el vaticinio de los hermanos Russo: sí se pueden hacer maravillas con 120 minutos, pero tener la posibilidad de romper ese estándar es tanto deseable como necesario para que los filmes cuya narrativa lo amerite puedan existir y ser desarrollados plenamente (en vez de sacrificar contenido para encajar dentro de los cánones de la industria).

Los Russo son las personas ideales para poner en marcha este cambio de paradigma puesto que pueden demostrar (de nuevo, porque parece que The Lord of the Rings no bastó) la viabilidad comercial de los largometrajes verdaderamente largos desde la mejor plataforma posible: el popular MCU.
No seré un gran fanático de las películas de Marvel, pero les deseo la mejor suerte a los Russo y espero que conviertan su profecía en una realidad. Eso sí, también espero que regresen los intermedios porque está duro aguantarse las ganas de ir al baño en una función tan larga como lo fue la de Infinity War.

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