OXKUTZCAB.– la actualidad, en nuestra sociedad desafortunadamente prevalecen las malas noticias, sin embargo, también hay noticias alentadoras que generan demasiada motivación, como es el caso del joven maestro de educación primaria Miguel Misael Villafaña May, de 22 años.
El educador estudió en la Escuela Primaria “Arcadio Santoyo”, y posteriormente continuó sus estudios en la Escuela Secundaria “Rafael Matos Escobedo”. Después se inscribió en la Escuela Medio Superior CBTA No. 118, de Oxkutzcab.
Conocidos señalaron que Miguel Misael Villafaña May es muy amistoso. Su don de gentes lo reconocen quienes han sido sus compañeros de escuela.
Orgulloso de sus raíces mayas, el joven maestro contó con el apoyo de su familia. Su padre es albañil y su mamá se dedica a las labores domésticas.
Miguel Misael es el menor de siete hermanos, cuatro mujeres y tres varones. Descubrió su vocación para ser maestro en la preparatoria, en donde fue uno de los mejores promedios de su generación.
Villafaña May estudió la carrera de Licenciatura en Educación Primaria en la Escuela Normal Superior de Ticul, que terminó en el año 2017.
El profesor recordó que presentó el examen de oposición para obtener una de las plazas de trabajo docente, el cual ejerciendo en la Escuela “Emiliano Zapata”.
Villafaña May recibió la noticia de haber sido uno de los mejores promedios a nivel nacional y fue invitado a estar en una ceremonia de reconocimiento en el local del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en la Ciudad de México, el día 14 de mayo.
Al día siguiente recibió de manos del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, un reconocimiento por haber obtenido el mejor promedio nacional en el examen de concurso de oposición para obtener su plaza.
Luego de recibir el galardón, dijo estar agradecido con su familia y maestros.
Aunque debe presentar una evaluación de permanencia para seguir laborando en la escuela “Emiliano Zapata”, Miguel Villafaña May es un ejemplo y orgullo para su familia y comunidad, el cual deben seguir muchos.
Texto: Bernardino Paz Celis
Foto: Cortesía
