¿Es Ley de Ingresos o Ley del Monte?

Por Carmen Garay

Basta con mirar las sesiones en la Cámara de Diputados -transmitidas en vivo por el Canal del Congreso-, para observar sarcasmo, irrespeto, manoteos y burlas de algunos diputados de bandos opuestos mientras se discute el Paquete Económico para 2019, tanto su Ley de Ingresos como el Presupuesto de Egresos de la Federación. Si el debate de las ideas no es respetuoso, tampoco lo será la convivencia posterior a esta tortuosa etapa. Y apenas están en el primer periodo ordinario de esta legislatura.

Seguramente cuesta trabajo asimilar que la aplanadora legislativa es de otro color y ahora se ven maniatados los argumentos de las reservas. Por ejemplo, un legislador de Movimiento Ciudadano proponía que para compensar una eventual eliminación del gasolinazo, mejor que se graven videojuegos violentos. De entrada, la propuesta parecía interesante, pero en votación económica -a mano alzada- la mayoría, del mismo partido del Presidente, votó no discutirlo. Y así, sucesivamente, una y otra vez se desechan reservas y se hacen recriminaciones. Exactamente como se ha hecho en cada legislatura, con mayorías indolentes ante oposiciones desesperadas.

No sé si crean las extrañas cosas que ven mis ojos, tal vez se asombren, las cuentas nuevas que al Paquete Económico 2019 le brotan, olvidan quién creó el gasolinazo pero sí vienen marcadas por las promesas que hizo y repitió hasta el cansancio el entonces candidato Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Ahora, el gobierno federal es rehén de las palabras del político que ya es presidente, así como todos, tarde o temprano debemos hacer frente a lo que declaramos y sobre todo, a cumplir lo que prometemos.

Yo no recuerdo que AMLO señalara plazos absurdos como Vicente Fox “en quince minutos resuelvo el conflicto en Chiapas”, pero la fuente de recursos “cero corrupción” sí resulta inverosímil al ver todo lo prometido, más aún cuando el resto de los partidos políticos en el Congreso no pasan por alto -así debe ser la oposición- su autoritarismo y sus decisiones erróneas. La llamada curva de aprendizaje,resultó una muy peligrosa y bastante cerrada.

Es matemáticamente imposible hacer todo lo propuesto sin la recaudación por concepto de impuesto especial (IEPS) a la gasolina; es socialmente inadmisible que se reduzcan recursos para programas de apoyo a las mujeres y a cualquier grupo vulnerable. No se podrá gastar más -nuevas universidades, refinerías, becas a adolescentes, pensión universal- sin mayores ingresos, sin subir impuestos, aún cuando la corrupción se acabara. Entonces vale preguntarse ¿será posible que la corrupción se termine antes que los representantes políticos se respeten y dialoguen? Hay que protestar enfáticamente como hizo la UNAM para que no existan retrocesos, pero también para que una vez aprobado el paquete económico, los recursos no se desvíen.

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