Con la llegada del equinoccio cientos de personas, la mayoría de ellas vestidas de blanco, asisten a la zonas arqueológicas a “cargarse de energía”. Si bien es una tradición común, la exposición prolongada al sol podría causar daños en su piel.
Los seguidores de esta creencia reciben con brazos extendidos, rostro fijo al cielo y vestimenta blanca la llegada del equinoccio de primavera. Sin embargo, no sigue las recomendaciones dermatológicas ante la exposición al sol, como el uso de ropa oscura.
En comparación con las prendas de color claro, la ropa oscura y de manga larga brinda mayor protección contra los rayos ultravioleta debido que estos “rebotan”, haciendo que no impacte tanta radiación, señala la dermatóloga Gisela Reyes.
Agrega que además del uso de ropa adecuada, las personas expuestas al sol deben utilizar sombrilla, sombreros de ala ancha que midan en promedio 7.5 centímetros, filtros solares y lentes con factor de protección solar. Así como ingerir entre 2 y 2.5 litros de agua al día.
El filtro solar, cuya protección debe ser mayor a 30, debe aplicarse 30 minutos antes de exponerse a los rayos solares y reaplicarse cada tres a cuatro horas.
La especialista explica que los rayos UVA y UVB son los causantes de cambios en la piel asociados a las manchas y arrugas, un proceso conocido como fotoenvejecimiento, y de la predisposición a desarrollar cáncer de piel, llamado fotocarcinogénesis.
El riesgo de desarrollar estos daños, especialmente el cáncer de piel, incrementa significativamente con las exposiciones solares que causan quemaduras. “Sin embargo, si estamos acostumbrados a estar expuestos al sol sin protección, en algún momento después de muchos años podemos desarrollar cáncer”.
Si bien no hay un tiempo seguro de exposición al sol, Gisela Reyes recomienda evitar exponerse de las 10:00 a las 4:00 horas debido a que la radiación es muy alta.
Texto: El Universal
Foto: Agencia
