Ferias, para alcoholizar y pervertir a la juventud

El fervor y la fe de las festividades religiosas en honor a los santos patronos se ven opacados por actos de violencia, consumo excesivo de alcohol e incluso, por promoción de la prostitución

EN EL ESTADO DE YUCATÁN es una tradición de muchos años que en las comunidades se celebren las fiestas en honor a los santos patronos de los diferentes municipios y comisarías, ya que el fervor y la fe que los habitantes es una costumbre muy arraigada que ha pasado de generación en generación.

En estas ferias es común que las fiestas religiosas, los campesinos y sus familias, acudan a la iglesia para pedirles favores a los santos patronos o darle las gracias por uno recibido, pero después de las misas, los habitantes acuden a las diferentes corridas de toros para convivir en forma sana y familiar.

Sin embargo, al paso de los años estas festividades han sido aprovechadas por personas que usan la afluencia de la gente para hacer ciertos negocios, que traen como consecuencia el “envenenamiento” de los jóvenes por la venta indiscriminada de alcohol y cerveza. Trayendo con ello otros daños colaterales, como el deterioro de la economía local, ya que estos comerciantes que son protegidos por las autoridades locales, hacen gastar en estos vicios a los padres de familia, ese dinero que debería entrar a los hogares, llega a los bolsillos de comerciantes, por lo que el peculio jamás regresa a los pueblos.

Se sabe que en la mayoría de los casos son comerciantes que no viven en las comunidades y que cada año en contubernio con las autoridades locales, llenan los pueblos de expendios de cerveza y hay casos que hasta mujeres llevan para la práctica del oficio más antiguo del mundo.

Y existe otro problema más, que es la violencia en dichos expendios, porque las personas en estado de ebriedad comienzan peleas con otros parroquianos, llegando a cometerse asesinatos bajo el influjo del alcohol.

Y aún hay más: estos hombres que se embriagan en dichos expendios, cuando llegan a sus hogares totalmente alcoholizados, agreden a sus esposas y a sus hijos, porque un hombre tomado no mide las consecuencias de sus actos y provocan violencia intrafamiliar.

Todos estos problemas son provocados por comerciantes y autoridades sin escrúpulos, que con tal de ganar unos pesos, envenenan a las personas, provocan problemas en las familias y hasta enfermedades sexuales cuando promueven la prostitución.

Texto y foto: Edmundo Hernández

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