Fiscalización aún es un desastre

La manera como se financian las campañas en México debería ser un escándalo. Por donde se le quiera ver, surgen alertas de que es ilegal y no resuelto con el financiamiento público que se instauró en los años 90.

Las reglas que tenemos no son suficientes para combatir la corrupción. Mientras ésta sea la norma, nuestra democracia seguirá siendo deficiente.

Increíble que a pesar de que los spots se les regalan a los partidos y candidatos (5.4 millones de spots en estas elecciones) y que se les otorgan ríos de dinero público (dos mil 233 millones de pesos sólo para los partidos en este 2016), aun así tengan que recurrir a trampas para poder inyectar más dinero a unas campañas que, además, resultan pobres en contenido, por no decir aburridísimas.

La consultora que encabeza Luis Carlos Ugalde, Integralia, dio a conocer un estudio sobre cómo, casualmente en años electorales, se multiplican las transacciones en efectivo y su circulante. Con datos de los informes trimestrales del Banco de México, Integralia y el propio Banxico reconocen un aumento en la demanda de efectivo en el primer semestre de los años en que hay elecciones, que no se da cuando no hay comicios.

¿De qué tamaño es este incremento? En 2012 el crecimiento del circulante en efectivo fue de 5%; en 2015 fue de tres por ciento.

Cito el informe de Integralia: “En 2012, año de elección presidencial, el flujo de efectivo aumentó 37 mil 374 millones de pesos de febrero a junio, equivalente a un crecimiento de 5% de M1, que es el flujo de billetes y monedas en circulación en poder del público. El aumento es desproporcionado y sale de los patrones normales de demanda de dinero.

Un año antes, el flujo había disminuido dos mil 958 millones de pesos en el mismo periodo y un año después, en 2013, el flujo también disminuyó, ahora en cinco mil 119 millones de pesos. Todo ello sugiere que una porción significativa del aumento del flujo de efectivo en 2012 puede deberse a actividades relacionadas con el proceso electoral”.

El estudio va más allá de lo general y se mete a ver el aumento en el flujo de efectivo a nivel estatal. Casualmente este flujo es mayor en estados que celebran elecciones locales en los años en que éstas se llevan a cabo.

El estudio completo se puede consultar en: http://www.integralia.com. mx/content/publicaciones/021/Aumenta%20Efectiv…(Integralia,%20 junio%202016).pdf

Además de este estudio de Integralia, esta semana nos enteramos de cómo funciona el desvío de recursos y financiamiento ilegal en Veracruz, gracias a un reportaje publicado por Animal Político. Más allá de que el reportero local decidió pedir que se quitara su nombre como parte del equipo que reportó las irregularidades después de haber recibido una llamada del gobierno de Duarte, lo que llama la atención es pensar que el modus operandi en Veracruz no es la excepción a la regla. Lo mismo debe ocurrir en tantos otros estados.

¿Y la fiscalización que debe hacer el INE? Bueno, pues ésa, bien, gracias, ya que sólo puede fiscalizar sobre lo que reportan los partidos políticos que, por cierto, también eso quieren evitar. Todos los partidos se quejan de la corrupción y el abuso en los recursos de los otros partidos. Piden que se haga una mejor fiscalización… pero en los demás.

Además, el INE debe fiscalizar aproximadamente 25 mil reportes de campaña y para ello tiene hasta 37 días después de la elección. Tarea titánica, por no decir imposible, ante la cantidad de artimañas que idean los partidos para darle la vuelta a la ley. Lo dicho: la fiscalización en las campañas políticas de México sigue siendo lamentable; un desastre. Y, por ello, un lastre para la democracia mexicana.

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