Fobias extrañas, pero reales

Sudores fríos, incomodidad, picazón, ganas irrefrenables de huir o parálisis… miedo. Algunas causas son comunes, como la aracnofobia o el miedo a las arañas; la claustrofobia, el miedo a los espacios cerrados; la hematofobia, el miedo a la sangre o la aeorofobia, que experimentan los que tienen miedo a volar.

Otras fobias, sin embargo, responden a cosas, animales o eventos totalmente comunes, difícilmente asociables a algún peligro.

Esos temores intensos e irracionales, de carácter enfermizo, pueden afectar seriamente la vida de quien los sufre y requieren de un tratamiento profesional psicológico para superarlos.

XANTOFOBIA

¿Se imaginan tener miedo a un color? Esto es precisamente lo que sienten los que sufren xantofobia, el temor irrefrenable al color amarillo.

Es considerada una de las fobias más extrañas, pero es absolutamente real. Según cuenta la BBC británica, los que padecen este temor irrefrenable pueden llegar a sentir pánico tan solo escuchando la palabra en sí.

Al igual que otras fobias, una experiencia traumática suele ser la principal causa de este temor. Alguien que pasó por un momento duro, que lo marcase, en el que hubiese algo de color amarillo, puede desatar esta reacción cuando llega a adulto.

Para poder superar este miedo irracional se debe acudir a un profesional, que podrá decantarse por diferentes terapias.

COULROFOBIA

La coulrofobia ha dado mucho juego en guiones de cine y de televisión. Phil Dunphy, uno de los protagonistas de la serie estadounidense “Modern Family”, sufría este tipo de fobia, por la que cada vez que veía un payaso sentía pavor.

Johnny Depp, actor protagonista de “Edward Scissorshands” o “Pirates of the Carebbean”, contó en cierta ocasión que la padecía.

Y no es el único, el famoso Daniel Radcliffe, quien interpretó al más importante mago que ha dado el séptimo arte, Harry Potter, también tiene miedo a los payasos.

De nuevo, en la base de esta fobia suele haber una causa emocional latente que la persona no tiene por qué identificar, sino que puede estar en el subconsciente.

Según la publicación Psicología y Mente, la mayoría de expertos cuentan que el origen podría encontrarse en el imaginario popular, alimentado por productos de entretenimiento como las series o el cine, sobre los payasos.

También puede influir el maquillaje excesivo que llevan en la cara, algo  característico de estos personajes cuya labor, por supuesto, es la contraria a la del temor: infundir risas y diversión.

HIPOPOTOMONSTROSESQUIPEDALIOFOBIA

Para los que padecen esta fobia, el nombre de la misma sería su peor pesadilla. Este miedo de nombre largo y difícil de leer se centra en el pavor que a algunas personas causan las palabras largas y complejas.

Para los sujetos que experimenten esta fobia, una conversación en las que se usen términos de este tipo puede causarles malestar y ansiedad. No solo al escucharlas, sino en el momento de tener que utilizarlas.

Es una fobia extraña y poco frecuente y las causas también pueden estar relacionadas con algún evento traumático, como podría ser un momento en el que alguien se burlase ante la incapacidad de pronunciar cierta palabra.

Al igual que el resto de trastornos fóbicos, este miedo se puede tratar poniéndose en manos de un profesional que encontrará el método que mejor se adapte al paciente para combatirlo.

OMFALOFOBIA

Detrás de este nombre se encuentra el miedo irracional a toda interacción con el ombligo, tanto el propio como el ajeno.

Las personas que lo sufren han de convivir toda su vida con el objeto de su fobia y situaciones tan cotidianas, como ducharse o vestirse, puede generar altos niveles de ansiedad.

No solo es un miedo incapacitante en la intimidad, sino socialmente, ya que el sujeto podría tener episodios a la hora de acudir a lugares en los que la gente normalmente enseña el ombligo, como la playa, la piscina o festejos en los que alguien se quita la camiseta.

TRISCAIDECAFOBIA

El número 13 está culturalmente asociado a algo negativo, a la mala suerte. Películas de terror como “Friday the 13th” no han ayudado a mejorar la fama de este número impar tan incomprendido.

Pero ese dígito es, además, el centro de un miedo irracional para los que sufren triscaidecafobia.

Estas personas experimentan altos niveles de ansiedad cuando se relacionan con el número trece, ya sea una habitación de hotel, en un libro o una posición en una lista.

El origen de este miedo no está claro y se cree que puede estar relacionado con supersticiones y conceptos religiosos.

Actualmente hay edificios que evitan tener un piso trece, algunas aerolíneas no tienen fila 13 en sus aviones y Ángel Nieto, expiloto español de motociclismo, trece veces campeón del mundo, escribía siempre 12+1 para referirse a su último campeonato ganado.

Texto y foto: EFE

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