La vesícula —un órgano encargado de emulsificar las grasas para que puedan ser digeridas— asocia estas contracciones con el proceso natural digestivo, por lo que vierte la bilis en un intestino casi vacío.
Para que ésta sea reabsorbida o procesada deben pasar unos minutos. En tanto, la persona experimenta un sabor amargo en la lengua y el paladar. “La tensión es propia de nuestro cuerpo cuando se produce un enojo”.
Así que ni el aguacate ni cualquier otro alimento, como el huevo, son causantes de estas sensaciones. Más bien, el aguacate, al ser un fruto rico en grasas monoinsaturadas, será más difícil de digerir debido a que hay menos sales biliares disponibles para su rápido procesamiento.
“Es una creencia popular. El aguacate no es dañino”. Todo lo contrario su consumo regular aporta grandes beneficios a la salud. Uno de ellos es la prevención de enfermedades cardiovasculares.
“El aguacate es un alimento muy rico en ácidos grasos monoinsaturados, principalmente en ácido oleico, por lo que su consumo favorece el sistema cardiaco”, afirma.
De igual manera, disminuye los trastornos digestivos gracias a su acción alcalina, suavizante y protectora de la mucosa. También al ser una fruta con altos contenidos en potasio, hierro y magnesio es recomendable para personas con anemia.
“Si la persona presenta algún problema para la absorción de grasa, o si tuviera un problema en el páncreas, se tiene que limitar la ingesta del fruto”, asegura.
Texto: El Universal
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