Hacen frente al coronavirus con lo que tienen y como pueden

Integrantes del Movimiento Médicos por México exigen un protocolo homologado de acción, pruebas suficientes y equipo de protección adecuado.

Hospitales del IMSS Bienestar y en general de todo el sistema de salud atacan al coronavirus con lo que tienen y como pueden. De acuerdo a los integrantes del Movimiento “Médicos por México”, no se cuenta con una estrategia organizada de todos los servicios para que puedan otorgar la atención de forma efectiva y segura, tanto para el personal de los nosocomios como para la población.
“No se trata de crear pánico, sino de afrontar una realidad, desafortunadamente no hay una buena comunicación para que conozcamos lo que se está haciendo respecto a qué manuales de procedimientos a aplicar. El Gobierno Federal está dando pauta, pero no se ha descentralizado la información correctamente”, señaló la coordinadora estatal del movimiento, la Dra. Vanessa Lizeth Velázquez.
Esto ocurre en los momentos en los que ya hay contagios entre personas de la localidad que no viajaron al extranjero, que no tenían familiares con COVID-19, ni contacto con pacientes afectados, e incluso se tiene el reporte de gente que ya se encontraba aislada en sus domicilios y se enfermó de coronavirus.
“Este fue el caso de un joven sin enfermedades pero con obesidad que recibió la visita de alguien que era portador asintomático y que le transmitió el virus sin que nadie supiera. El joven manifestó la enfermedad, de tan grave condición que requirió de ingreso a un hospital donde luego falleció”, dijo la entrevistada.
Destacó que por la falta de un manual operativo que homologue el procedimiento a seguir en los establecimientos de salud, en los hospitales no se cuenta con un espacio exclusivo para la atención de pacientes que han dado positivo al COVID-19.
“Debe haber otra sala donde estén solo casos sospechosos, donde se integre el diagnóstico para subirlos a piso o mandarlos a casa, pero no debe tardar más tiempo el paciente en esta sala”, advirtió.
En ese sentido destacó que ante la falta de un protocolo de actuación y de recursos económicos para hacer las pruebas suficientes, se limita su aplicación a una, lo que impide corroborar si en verdad no hay riesgo al mandar a piso o en su caso, egresar al paciente que salió negativo.
“Tenemos que unificar criterios, porque si no le vamos a estar dando de alta a aquel que todavía se dice que no tiene pero sí lo tiene. En la práctica, nos hemos topado con casos de pacientes con enfermedades crónicas: diabéticos, nefrópatas y hasta personas con VIH, que presentan una enfermedad similar al COVID-19 y que salen negativos, entonces se debe repetir la prueba, pero nos vemos con las manos amarradas para confirmar que el paciente está fuera de riesgo”, señaló y recalcó que el manejo de la prueba debe ser muy cuidadoso para evitar errores.
A esta situación se suma que en estos momentos de pandemia, es posible que haya neumonías atípicas correspondientes al COVID-19 que no se están diagnosticando, ya que en estos casos no se está aplicando la prueba.
Esto representa un gran riesgo de contagio para los médicos que atienden a estos pacientes portando equipos de protección personal que no son los adecuados, no están completos o no son de buena calidad.
“La problemática es la misma en todas las instituciones: quienes ya estuvimos laborando en esa área, nos damos cuenta que los guantes no son los adecuados, en otros países han pedido que se coloquen guantes de nitrilo, careta y la protección completa para quien está en contacto directo con el paciente”, detalló la Dra. Velázquez, quien resaltó que es importante contar con los equipos adecuados para el personal en el área de hospitalización, y más si no hay una garantía de que el paciente sea negativo al no repetirse la prueba, que por cierto, tiene un costo en nosocomios privados de entre los 3,500 a los 5 mil pesos.
Ante esta situación, médicos especialistas que están en contacto con pacientes con COVID-19 o sospechosos han tenido que adquirir con sus propios recursos estos equipos de protección personal, ya que el virus afecta las mucosas que están en la nariz, boca, oídos y ojos.
En estos momentos hay 30 médicos que son sospechosos de haber contraído el virus, y hay 4 confirmados que están en su casa, en aislamiento. Se trata de un médico, una enfermera y un enfermero además de un interno (cuando los había).
Viendo la situación, los médicos que estaban considerados como población vulnerable por tener edad avanzada, obesidad o padecer alguna enfermedad crónico degenerativa, pidieron licencia, por lo que ahora queda menos personal para atender tanto los casos de COVID-19 como los habituales en los hospitales.
Finalmente, la Dra. Velázquez manifestó que este levantamiento de voz, de brazos caídos de “Médicos por México”, también es para advertir de la alta letalidad que tiene la enfermedad sobre todo en pacientes con enfermedades crónico degenerativas como la obesidad.
Es una alerta para hacer saber a la población que esta enfermedad no tiene cura, que no tiene un tratamiento específico, que hasta el momento no hay medicamento, y si lo hubiera no lo tendríamos disponible en México, y que la única manera de cuidarse es mantenerse aislados en su casa.
-El virus es algo nuevo, lo que se ha estudiado es que es 3.5 más veces más contagioso que cualquier enfermedad viral y aunque su comportamiento en un 80% es benigno, con el 20% restante tenemos suficiente para poder poner en jaque a la población mexicana y en especial a Yucatán, que es el estado con más casos de obesidad en toda Latinoamérica, además de que abunda la diabetes y la hipertensión, así como las enfermedades hepáticas y renales. Hay que tener en claro que el virus no está viniendo a una comunidad sana para enfrentarla, estamos mermados para recibirla -puntualizó.

Texto: Manuel Pool

Foto: Cortesía

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