Hacienda Kancabchén: un orgullo familiar

En días pasados se dieron a conocer las actividades de charrería incluidas en la IV edición de la Ruta Independencia, y la sede de la rueda de prensa fue la Hacienda Kankabchén, rescatada del abandono hace algunos años por la Familia Ponce García, que inclusive construyó un espectacular lienzo charro el cual será la sede de dos de las fechas del mencionado torneo en el mes de mayo al que acudirán equipos de los estados vecinos.

Y aprovechando la visita, hicimos un recorrido por este hermoso lugar ubicado en el municipio de Baca, a unos 22 kilómetros de la capital yucateca, donde el acceso principal a la hacienda está resguardado por un portón de hierro en cuyo centro se observan las iniciales de la familia Ponce García.

Kancabchén, en lengua maya significa “Pozo de tierra roja”, y tal vez por esta razón la mayoría de predios, desde las casitas de paja de la entrada, hasta la casa principal, tienen un color rojo quemado, que combina perfectamente con el color blanco con el que se resaltan las puertas y ventanas.

La propiedad que surgió en el año de 1890 como un rancho dedicado a la actividad ganadera y posteriormente al cultivo del henequén, mantiene gran parte de sus 230 hectáreas de extensión original, la cual está integrada por la casa principal, decorada con finas pinturas murales, amplios salones, techos altos y grandes ventanales.

La Capilla es más grande que las iglesias de algunas poblaciones del interior del Estado; el recinto religioso, con capacidad para 200 personas y cuyo patrono es San Antonio de Padua, tiene bancas con reclinatorios, buena ventilación -gracias a amplios ventanales abatibles-, altar y espacio para el Santísimo Sacramento, también cuenta con una pila bautismal, confesionario y pinturas murales alusivas a pasajes bíblicos.

Su primer dueño fue Pascual Gamboa Rivera, cuyas iniciales aún se conservan inscritas en el escudo que tiene la casona principal, luego vendió la propiedad a la sra. Josefina Gamboa, quien la conservó hasta 1985, año en que la familia Ponce García adquirió el inmueble para abrir un rancho lechero y un espacio de recreo y descanso.

Los hermosos y bien cuidados jardines cuentan a manera de decoración con “trucks” rebozantes de flores y plantas, además de algunas maquinarias pintadas de negro que recuerdan la importancia que esta finca tuvo en la época del oro verde.

Ahora, una buena parte de la propiedad cuenta con caballerizas en las que se cuidan bellos ejemplares que el equipo Conejos de Kancabchén utiliza en sus torneos, tanto por los gallardos charros como por las bellas amazonas en las gustadas escaramuzas.

También se conservan las bodegas y un edificio de dos pisos que es llamado el Casino, en cuyo interior se exhiben numerosos trofeos y reconocimientos conquistados por el equipo local en diversas competencias nacionales, además de una serie de pinturas alusivas al deporte nacional.

En la actualidad, el público en general puede disfrutar ahora de los atractivos de la centenaria hacienda, mediante recorridos turísticos o con motivo de recepciones sociales de bodas, XV años y convenciones.

Texto y fotos: Manuel Pool

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