Historia de un “pelón”

Por: Santiago Pell 

Antes del inicio de la Era Abierta en el Tenis (1968), existió un deportista mexicano que sorprendía con sus habilidades en distintas ramas a competir. Primero se dedicó al tenis de mesa, luego al básquetbol y al final se inclinó por la disciplina que lo pondría como referente histórico sin importar el paso de los años.

Su nombre es Rafael Osuna Herrera, mejor conocido como el “Pelón” Osuna. Su apodo lo obtuvo de pequeño, a los 10 años, cuando en Veracruz esperando a su papá salir de las oficinas, se fue a rapar porque tenía mucho calor; desde entonces todos lo llamaban con cariño el Pelón. Se dice que el capitalino era un atleta multifuncional, pero todos los movimientos rápidos que aprendió en sus actividades anteriores, los aplicó de lleno al tenis.

En la Copa Davis de Finlandia 1958 fue cuando decidió establecerse en el deporte blanco: “Ganó su primer punto de singles y luego la serie, la emoción lo hizo no soltar más la raqueta”, expresó en su momento Elena Osuna, hermana del Pelón.

El mayor logro lo adquirió en 1963. Se disputaba en Nueva York la final del Campeonato Nacional de Estados Unidos –hoy en día US Open–. Rafael Osuna se enfrentaba al anfitrión Frank Froehling; intentaría dominar el tremendo saque que los 1.90 metros de altura le proporcionaban al estadunidense.

Transcurre el partido y Osuna, al darse cuenta de la potencia del saque de su oponente, decide maniobrar desde el fondo de la cancha. Así, tiene más tiempo para responder un globo y subir a la red para volear o rematar. Para ganar el partido la clave era quebrar games. La estrategia resultó, ganó el encuentro para después, volverse ya, una leyenda en el tenis mexicano.

Dicha victoria lo catapultó como número uno del mundo. El Pelón se convertía así en el primer y único mexicano en ganar un torneo GS en singles. Asimismo, fue el primer latinoamericano en ganar el US Open, solamente otros dos lo han conseguido: Guillermo Vilas (1977) y Juan Martín del Potro (2009).

Termino con una frase con la que Juan José Arreola –autor de Confabulario, La Feria y Bestiario– describió al Pelón Osuna en el prólogo del libro que su hermana Elena escribió, llamado “Rafael Osuna. Sonata en Set Mayor”. Aquí se los dejo: “Con su andar cauteloso y sus dinámicos desplazamientos de gato, que iban desde la volea al fondo, hasta la gracia sin par de la ‘dejadita’, como no queriendo, al borde justo de la red. Donde quiera que estaba, Rafael siempre estuvo en el terreno deportivo, dispuesto a ganar, pero aceptando el riesgo de perder”.

 

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