Mae govannen estimados lectores, en esta ocasión nos alejamos del séptimo arte para hablar de una serie animada que es una de esas joyas ocultas que muy pocos tienen el placer de conocer: Bojack Horseman.
Con su recién estrenada temporada número 5, Bojack Horseman ha pisado fuerte desde su primer momento en las pantallas de la plataformas de Netflix desde el año de su lanzamiento en 2014, “Bojack” una serie de animación para adultos basada en un mundo de humanos y animales antropomorfos cuenta la historia de un caballo llamado Bojack, que triunfó en los 90’s en un sitcom televisivo llamado “Horsin’ Around” y que años después no puede sobrellevar una vida madura profesional y personal, llena de problemas emocionales, adicciones, vinculaciones enfermizas, egoísmos y falsa búsqueda de la felicidad.
Bajo una propuesta original, atrevida y con muchas barreras que no tiene miedo en derrumbar, la serie funciona en dos sentidos: a la vez de que se introduce muy inteligentemente en una parodia de la vida de un artista de Hollywood, se toma la difícil decisión de involucrarse íntimamente en la realidad humana y en el sentido de la vida, volviéndose sorprendentemente en un drama existencialista que poco a poco nos irá llevando al rincón más oscuro de la humanidad misma, con todos sus matices y sabores, desde los más dulces hasta los más amargos.
La filosofía de Bojack se remonta a nuestros errores, a nuestra constante huida de la realidad por medio de cometer error tras error sin llegar a un resultado idóneo, atacando nuestro miedo a la responsabilidad, a la soledad o el aceptarse como somos y que curiosamente a pesar de mantener estos fantasmas con los cuales la audiencia vulnerable puede identificarse fácilmente, Bojack Horseman te ayuda sorprendentemente a encontrarlos y a luchar directamente con ellos.
A pesar de que el tono de Bojack Horseman remite constantemente al pesimismo, la naturaleza misma de sobrellevar los problemas humanos convierte a esta serie en una novedad entre tanta abundancia de contenido, en dónde la historia de un caballo antropomorfo resulta más realista y catártica que muchas series que pretenden demostrarla.
