Hoy no joven

Armando Escalante
Periodista y analista político

Cada semana —sin falta— recibo de mis contactos, amigos, parientes, y hasta de desconocidos, decenas de noticias falsas que aseguran que la epidemia se ha desbordado en Yucatán, que los hospitales están llenos (casi me lo firman) y todos aseguran tener a un médico cercano, cuya identidad no pueden revelar, que se los ha confiado. Tras una breve averiguación, se confirma que tales notas son parte de la campaña enorme de fakenews que rodean a este virus covid 19. No es así.

Me consta que parte de las mentiras —exageraciones incluso— provienen de los adversarios del gobernador, que no soportan que en realidad ocurra lo contrario a lo que confabulan: esto es que la situación de la pandemia se mantenga hasta ahora bajo cierto control y que no se saturen los hospitales, al tiempo que les cae remal ver que Mauricio Vila sigue repartiendo recursos, despensas, apoyos económicos a varios sectores, y que poco a poco “normaliza” la situación en materia de reapertura de empresas, e incluso arranca programas de obras, confirmando que la vida sigue con el coronavirus encima.

Salvo un patético dirigente empresarial que ni empresa tiene, que súbitamente pasó de ser aplaudidor a crítico del gobierno, de resto, los sectores se han solidarizado con las medidas de cuidado. Sin embargo, no distingo a esos dirigentes y dueños de negocios salir a exponerse, en el mismo terreno donde quieren ver a sus empleados y a su clientela. ¿Alguien ha visto alguna fotografía de un poderoso dueño de empresa Yucateca deambulando con tapabocas por esas calles donde pide reabrir tiendas? Seguro habrá alguno que salió a cobrar sus rentas —ya ven que muchos no dan recibo ni aceptan transferencias bancarias que dejen huella fiscal— pero será la excepción que confirma la regla: ellos tambien están guardados, con el mismo temor que muchos millones lo estamos protegiendo nuestra vida.

Asi las cosas, la cacareada saturación de camas en el estado, no es como la quisieran y aunque tampoco le creemos al dato federal que dice que tenemos disponibilidad de 75% de espacios covid, con toda seguridad no hemos llegado ni a ocupar la mitad de ellas, en toda la red hospitalaria local. Seguramente habrá carencias, incluso falta de especialistas o equipo, pero de alguna forma todo ha sido controlado.

Ahora bien, de acuerdo con lo que ocurre en todo el mundo, México y Yucatán incluidos, es probable que las camas en algún momento se saturen porque la gente quiere o tiene que salir del encierro y eso causa contagios. No coman ansias, si todo sigue como hasta ahora, podría ser que en un par de meses, allá por septiembre, tendrenos el doble de casos que ahora. No se necesita ser adivino para atinarle.

El xix.— En un noticiero de la Ciudad de México se preguntaban por qué los numerosos hospitales que estaban saturados, e incluso tenían decenas de personas esperando noticias de sus familiares internados, ya no se les ve afuera, llorando. Algo raro pasa en la CDMX porque las escenas de desesperación que se veían, se terminaron y ahora no hay nadie sufriendo en la entrada. Leí en otra columna algo que parece responder la duda: que ahora los llevan a hospitales menos a la vista y que de plano, a la mayoría la mandan a su casa a morirse en privado. Cuando llegan les dicen “hoy no joven…”.

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