Detrás de un televisor, me tocó ver a la Selección de México consagrarse campeona del mundo sub-17 en Perú 2005, guiados por Gio dos Santos, Vela, Villaluz, Aldrete, Héctor Moreno, Pato Araujo, entre otros. Después, en 2011 siendo locales.
Crecí creyendo firmemente en que ese par de generaciones nos podrían hacer trascender a nivel mayor; el resultado, todos lo conocemos: fracasos para el Tri en torneos oficiales, la gran mayoría de aquellos jugadores vaga sin éxito en diferentes divisiones, los que lograron llegar a Europa decidieron llevar sus carreras al confort de la MLS y con los dedos de una mano puedo contar a aquellos que aún sacan la casta.
Estamos iniciando un nuevo proceso mundialista, el objetivo: Qatar 2022. Esas exóticas tierras desérticas auguran una nueva oportunidad para alcanzar la máxima gloria a nivel selecciones y la convocatoria hecha en días pasados por el Tuca Ferreti, DT interino del Tri, me ilusiona porque comienza a darse la tan deseada renovación generacional. Es momento de que gente como Guillermo Ochoa, Néstor Araujo, Salcedo y Raúl Jiménez comanden al grupo con su talento y experiencia.
Aficionado tricolor, te quiero decir que es momento de creer en esta nueva camada de talento, no los juzgues por el equipo al que pertenecen, apóyalos porque son mexicanos. Ahí vienen Roberto Alvarado, Diego Lainez, Jonathan González, Víctor Guzmán y Jesús Ángulo; si la gente de Femexfut elige correctamente al técnico, podemos nuevamente ilusionarnos.
