iPod: de transformar la industria de la música a objeto de colección

Conmemoran otro año más del momento en que Steve Jobs sacó de su bolsillo el objeto que fomentó la melomanía del nuevo milenio

En el mismo año que cayeron la torres gemelas murieron Iannis Xenakis, Joey Ramone, John Lee Hooker y George Harrison.

Michael Jackson grabó su último disco y dio una serie de conciertos para celebrar 30 años de ser ‘El Rey del Pop’; en MTV, Christina Aguilera le disputaba protagonismo a Britney Spears; y en el cine, Gladiator arrasó en aquella edición de los Oscar.

La Selección Mexicana perdió su primer partido en el Azteca en eliminatoria mundialista y Microsoft presentó Windows XP.

El 23 de octubre de ese año, 2001, se lanzó el iPod de Apple: Steve Jobs sacó de su bolsillo el objeto que dio la puntilla al P2P; el reproductor que terminó con torres de CD’s y permitió grandes colecciones de música en millones de MP3, formato que más tarde también fue desplazado por el streaming y el pago por el acceso a la música.

Es decir, por plataformas como Spotify, Bandcamp, SoundClound y una gran variedad de podcast, entre otras posibilidades vigentes que los humanos –17 años después– tenemos para consumir música.

“Luego del éxito que representó iMac, las computadoras de colores, muy populares a finales de los 90 y principios del 2000, Jobs se da cuenta que la industria musical están muriendo. Él sabe que los dispositivos MP3 de la época para escuchar música, son horribles.

“La magia del iPod es que fue creado desde el gusto por la música. Steve Jobs y Jonathan Ive (diseñador) entienden las necesidades de cómo debe ser un reproductor”, comenta Eblen Macari, exprogramador de Apple, ingeniero en audio y usuario de la marca desde hace 20 años.
Formando melómanos

Con el iPod, las pilas doble AA fueron sustituidas por la batería recargable; creció considerablemente la capacidad de almacenamiento, mientras la organización y accesibilidad a archivos MP3 se facilitó con el scroll, herramienta que posteriormente fue perfeccionada para convertirse en distintivo de otros productos Apple: iMac, Macbook, iPad y iPhone.

Su portabilidad y diseño; el internet y el capitalismo son algunos factores que permitieron la globalización de la música portátil en una breve pero brillante etapa, a través del ahora vintage y artículo de colección en que se ha convertido el iPod Classic.

“Del iPod aprecio el orden, la posibilidad de almacenar por orden alfabético o por géneros me ayudó a ser melómano. El iTunes reconocía los archivos de cada carpeta y descargaba las portadas de los discos. Era muy fácil crear bibliotecas, compartir archivos.

“Pero por gente como nosotros es que ahora pagamos por escuchar música”, opina Rafael Rivera, dueño de un iPod generación 4, productor audiovisual y usuario de Apple desde hace 18 años.

Texto y fotos: Agencias

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