La bancarrota de AMLO

Hace unos días nuestro presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, soltó una declaración que cimbró a todo el país, principalmente al sector económico.

“El país está en bancarrota, por eso será difícil cumplir con todas las demandas que existen”, soltó el muy popular Peje el pasado domingo y de inmediato fue la nota de ocho columnas (o de seis). Las televisoras, radiodifusoras y las primeras planas de todos los diarios informaban sobre esta declaración y teorizaban sobre la certeza de sus palabras.

De entrada, a todos nos pareció que en realidad López Obrador abrió de una vez el paraguas y empezó a dar pretextos para no poder cumplir con todas sus promesas de campaña, ya que de otro modo no se entendía como apenas unas semanas atrás había dicho exactamente lo contrario, al reconocer que recibía un país con estabilidad financiera.

Pero ¿qué fue lo que ocurrió? ¿cómo pasamos de la estabilidad financiera a la bancarrota en tan solo unas semanas?

Bueno, ya sabemos que en realidad a nuestro presidente le encanta y se le da muy bien eso del doble discurso, lo cual le ha traído problemas en toda su carrera política, ya que suele decirle al oyente lo que quiere escuchar.

Si su público es el pueblo sabio, entonces usa sus discursos más aguerridos y usa términos como la mafia del poder o prensa fifí; si hablamos del sector empresarial, entonces modifica su postura por una un poco más conservadora; si va con los católicos es más papista que el Papa, y así sucesivamente.
De allí derivan todas sus contradicciones en los últimos años, de ese afán de querer quedar bien con todo el mundo; pero todos sabemos lo que ocurre cuando queremos complacer a todos los públicos.

Entonces, ¿en realidad estamos en bancarrota? No. Sin importar los números que diga tener el presidente electo, la realidad es que el país en términos empresariales se encuentra muy lejos de estar en la quiebra, como bien mencionaron todos los expertos financieros. Más bien, nos encontramos estancados, con un crecimiento de apenas un 2% según reportes del IMEF.

Esta no más que otra declaración política, pensada en bajar un poco la enorme expectativa que la población tiene sobre su persona y dejarle bien claro a todos que no podrá cumplir con todos sus pedidos.

No hay que darle más vueltas, no estamos en la bancarrota…al menos, no todavía.

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