Por Miguel II Hernández Madero
En las últimas semanas se ha hecho público, por parte de la actual administración estatal, que durante el sexenio de Rolando Zapata Bello hubo irregularidades en el manejo del erario e incluso se descapitalizó el ISSTEY ; pero sin ánimo de salir en defensa del rolandismo, al cual critiqué casi desde su inicio, es válido preguntarle al señor gobernador Mauricio Vila Dosal: ¿qué es lo que va a hacer sobre el tema?
Diversas voces se levantaron en el sexenio anterior señalando sospechas de irregularidades, así como acusando de prepotencia, incapacidad y negligencia, pero fueron más voces que gritaban a todo pulmón que se trataba de la “mejor administración” con el “mejor gobernador”, pues veían las bondades oculta$$$.
De igual manera en el caso del ISSTEY se viene arrastrando el problema en sus finanzas desde la administración de Ivonne Ortega Pacheco, pero nada se hizo por su sucesor, Rolando Zapata Bello, sino por el contrario, las cosas se complicaron.
Pero los presuntos desvíos financieros hechos públicos por la administración actual, a menos que Mauricio Vila actúe en consecuencia y promueva los recursos legales correspondientes, en sí no pasarán de ser algo mediático, buscando una bandera política que permita proyectar la imagen del gobernador panista a nivel nacional, para ser abanderado de su partido en 2024.
Y esta afirmación no es aventurada. Medio en serio, medio en broma, Vila Dosal ha señalado sus aspiraciones presidenciales, pero para ello necesita generar una imagen que le de estatura política nacional, aprovechando que todas los partidos fuera de Morena, deberán rehacerse y curarse de la paliza que sufrieron por el efecto López.
Vemos que el gobernador de Yucatán ha tenido acercamientos con el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, vemos también que está promoviendo una imagen austera de su administración (aunque sus colaboradores no la sigan), sumémosle que saque a la luz pública los números rojos e irregularidades heredados por la administración de Zapata Bello y entonces nos encontramos con un político que en realidad está iniciando su promoción de imagen para contender dentro de seis años.
¿Aventurado? Para nada. Se han dado declaraciones muy “vendibles” ante la opinión pública, rematando con la exhibición de malos manejos de los priístas que acaban de salir. Con ello toma una bandera para atraer las luces del escenario sobre él e ir construyendo su imagen pública política, pero tomando en consideración que es una carrera de seis años, lapso muy desgastante, deberá tener cuidado, pues si no procede legalmente contra los presuntos culpables de dañar el erario estatal, podría serle contraproducente.
De darse esa denuncia, lo interesante será ver si acaso habrá un chivo expiatorio para calmar todo. Es curioso leer de manera recurrente un nombre a quien ligan con los malos manejos, la corrupción y acusan de un enriquecimiento inexplicable.
Y en este escenario hay otra cosa curiosa. Cuando se nombraron los “virreyes” de la próxima administración, en Yucatán no cayó muy en gracia saber que Joaquín Díaz Mena sería el coordinador general o representante de López Obrador. De hecho en las primeras semanas de su nombramiento se decía incluso que era el “vicegobernador”. Pero después de poco tiempo ha quedado relegado.
El escenario en Yucatán frente a la próxima administración federal se ve interesante. Es como viéramos un tablero de ajedrez, con una partida que apenas inicia y con el gobernador pensando bien sus jugadas, para avanzar o retroceder para reorganizarse y pasar a la ofensiva.
Veamos primero si sus piezas son las idóneas, pues en las pocas semanas que lleva su sexenio ha habido errores de las flamantes titulares de Turismo, Cultura y Educación, además de la cacería de brujas que desataron y que no será un buen recuerdo para miles de yucatecos.
En este juego de ajedrez Vila Dosal deberá pensar muy bien sus jugadas y fortalecer sus posiciones antes de realizar un avance significativo dentro de sus aspiraciones políticas, porque si no calcula bien podría quedar como un gobernante más de una provincia remota y extraña para la capital del país.
Hasta la próxima…
