La calle 60 a través del tiempo

Gracias a la existencia de varios sitios especializados en compartir la historia de Yucatán, y en particular de Mérida, es posible que las nuevas generaciones hagan un viaje al pasado para “conocer” cómo eran hace más de medio siglo calles tan importantes como por ejemplo la 60, que ha registrado importantes cambios, entre los que se destaca en el cruce con la 63, la desaparición de dos farmacias muy populares en su tiempo: “El Gallito”, edificio donde el 12 de noviembre de 1865 se realizó la primera comunicación telegráfica, y enfrente, la Farmacia Puerto, en el local donde funcionó la zapatería Canadá.

En la página de Facebook “Yucatán Pasado Glorioso”, ubicamos unas imágenes comparativas del Pasaje Emilio Seijo, que en 1963 estaba abierto al tránsito y en donde aparece la fachada del almacén “La Gran Vía”, que expendía camisas de renombradas marcas, mientras que en los edificios de enfrente se aprecian letreros de la Cerveza Carta Clara, que aún tenía envases transparentes.

Es de destacar el poco flujo vehicular que existía en esta arteria en la que predominaban las bicicletas y los camiones de pasaje que en la parte posterior contaban con anuncios, en este caso de la Sidra Pino y el Soldado de Chocolate.

En imágenes del Parque Hidalgo, tomadas a principios del siglo pasado, se aprecia que el lugar contaba con rejas, mientras que el sitio donde hoy se encuentra una tienda de hamburguesas de conocida cadena internacional, existió una vinateria llamada “El Perro”, que por muchos años sirvió de referencia en los itinerarios de los paseos de los Carnavales de la ciudad. (En esos tiempos, según cita la obra “Mérida en los años veinte”, de Francisco D. Montejo Baqueiro, la 60 era conocida como la Calle de Progreso, mientras que la 59 era la de Porfirio Díaz.

Posteriormente, dicho predio fue sede de otras casas comerciales durante el siglo pasado, como la tradicional librería y miscelánea de Jorge Burrel y más recientemente la casa comercial Martha.

Otro lugar que cambió completamente su fisonomía es la sede de la Máxima Casa de Estudios, que durante el Gobierno de Humberto Canto Echeverría, dejó de ser la Universidad Nacional del Sureste, para convertirse en la Universidad de Yucatán.

La obra de transformación del edificio inició en septiembre de 1938, (cita la página “Yucatán en la Historia”), y el encargado de la obra fue el arquitecto Carlos Castillo Montes de Oca, quien requirió de los servicios del escultor Enrique Gotdienner, quien labró el pórtico principal en piedra chiluca de Guerrero. La remodelación del edificio, hoy sede del Centro Cultural Universitario, fue inaugurada el 13 de diciembre de 1941.

Algunas fotografías más de esta zona de la ciudad que se exhiben en la página “Yucatán Pasado Glorioso”, se aprecia cómo la calle 60 estaba completamente adoquinada, con bloques de color rojizo, que se creía que provenían de Francia como contrapeso en los barcos que llegaban para llevarse el henequén.

}Estos bloques llevan la inscripción “METROPOLITAN BLOCK” y “CANTÓN O”, el nombre de la empresa ubicada en Cantón Ohio, Estados Unidos, que envío por tren y luego por mar, más de “tres millones” de adoquines, que se empezaron a instalar en nuestra ciudad en septiembre de 1902, dando inicio al programa de pavimentación de sus calles.

Texto: Manuel Pool
Fotos: Cortesía

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