La contienda contra la desaparición

Jhonny Eyder Euán
jhonny_ee@hotmail.com

Hace poco se estrenó una película que me llamó la atención y por la que había hecho planes para ir al cine. Actualmente la idea no es tan fácil como subirse al auto y manejar, pedir un Uber o esperar el transporte público. Ahora primero hay que revisar cuáles son las salas de cine que están abiertas antes de salir de casa.

La recomendación es porque el sector de entretenimiento ha cambiado un poco su forma de operar y no todas las salas tienen proyecciones. Se sabe que más del 55% de los cines mexicanos permanecen cerrados por la crisis de COVID-19 y hay rumores de cierres definitivos de salas de Cinépolis y Cinemex.

Mientras algún periodista logre confirmar o desmentir esos rumores, yo me he tomado un tiempo libre para buscar en internet la película que quería ver. No tardé y la encontré en un sitio donde puedes ver películas dobladas o con subtítulos. Lo increíble es que en esa página hay filmes recién estrenados o clásicos de los años ochenta y noventa. 

Con semejante oferta cinéfila en internet se puede entender lo que ha pasado en los últimos meses. Muchas salas tuvieron que cerrar, pero las personas no se quedaron aburridas porque hay mucho que ver en sitios web como Cuevana o Gula, y en plataformas digitales como Netflix, Amazon Prime o Disney Plus.

Por ahora sólo han reabierto 443 de los 977 cines del país, según datos revelados por la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine). La situación es delicada porque una sala cerrada implica empleos estancados o perdidos, además de un desplome de ingresos en taquilla. En 21 de los 32 estados los cines están abiertos, aunque las condiciones de reapertura son distintos en cada ciudad, con porcentajes de aforos que van del 25% al 50%, restricciones por días de la semana, horarios o rangos de edad.

Como dije, encontré la película que quería ver en internet y aproveché que estaba subtitulada. De nuevo se canceló mi idea de ir al cine, lugar donde hace más de un año que no voy. No he vuelto porque todas las salas cerraron por meses, y cuando reabrieron, el asunto del COVID-19 hizo más complicadas las actividades de ocio.

El rumor de los cierres definitivos considero que es exagerado, los cines sufren una crisis igual o peor que otros sectores; sin embargo, pienso que sobrevivirán. Las salas que hoy lucen abandonadas volverán a recibir al público porque el cine es un negocio que ofrece una experiencia imperdible para niños y adultos. Las familias se pueden pasar horas viendo películas y series en casas, pero no hay nada como estar en el cine. Es cuestión de tiempo y suerte para que nos volvamos a ver entre butacas.

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