La ilusión…

El abuelo era tan mayor… En noviembre iba a cumplir 100 años! Celebrarían una hermosa fiesta. En realidad se trataba del bisabuelo. Pero todos los chiquillos le llamaban abu. Regresaba a casa tras una semana en el hospital, se había roto una rodilla. Le habían preparado una magnífica bienvenida!

Aquella tarde mientras comían los dulces que había preparado tía Rosario veían los toros en la televisiòn. Qué grandeza! Una buena corrida! Y la comentaban juntos, y la disfrutaban en familia… Y aplaudían, y se estremecían… Y sentían el toreo en la piel, en las pestañas y en el alma.

Más tarde todos los pequeños se arremolinaron alrededor del abuelo, que ya descansaba en su camita. Era tan mayor que había visto a muchísimos toreros: Antonio Ordòñez. Camino. Antoñete. David Silveti. Paquirri. Tantos! A los niños les fascinaba escucharle contar anécdotas y vivencias…
– Y qué torero te gusta más ahora?

– Admiro mucho a José Tomás. Y me encantan Juli y Talavante y Lama de Gòngora. Pero los que más me llaman la atenciòn son Roca Rey y su entrega absoluta, Posada de Maravillas y su elegancia etérea, Pablo Aguado y ese pellizco artista sevillano, Carlos Corradini y sus lances de clase y duende…

– Son novilleros, abu.

– Sí. Y eso es lo que me encanta de ellos. La ilusiòn. La pureza. Las ganas… Esa bendita ilusiòn!

Dedicado a cada novillero y a todas sus ilusiones, principalmente a Posada de Maravillas y Pablo Aguado y mi sobrino Carlos Corradini
Dedicado a los abuelos, especialmente a la mía!
Dedicado a Luisito y a todas sus benditas ilusiones

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