La importancia del diálogo en pantalla

Por Didier Ucán

Justo en el embrollo de las quejas sobre la octava temporada de Game Of Thrones, vale la pena recordar uno de los detalles fundamentales a la hora de construir una historia. Los argumentos que se traducen a video en las pantallas chicas y grandes alrededor del planeta, tienen consigo un peso normalmente infravalorado. El guion audiovisual es el sistema nervioso central del proyecto que se quiere contar, sin el libreto y el argumento bien planteado, el proyecto puede parecer maniquí de aparador que de lejos se ve bien, pero cuando uno inspecciona más a fondo se da cuenta que no transmite nada.

Así pues, el guion debe ser el conector de los sucesos, los diálogos deben servir para informar sobre acciones futuras, pasadas o situaciones de elipsis que nos ayudan a entender cómo funciona el mundo que nos quieren plantear. Ejemplos de buenos guiones hay muchos, pero uno de mis favoritos los encontramos en dos obras de animación del director japonés Makoto Shinkai.

En el Jardín de las Palabras, Shinkai pone una situación común y la reinventa para transformarla en algo cotidiano, nos desarrolla a los personajes a través de acciones, dos desconocidos que se encuentran en un día lluvioso, uno quiere ser diseñador de zapatos, mientras la otra escapa del trabajo.

Los encuentros son cada vez más frecuentes y cada diálogo importa para conocer a ambos personajes. Una película en la que no hace falta conocer los nombres de los personajes… ¿Por qué? Además de que conviene a los intereses de la historia, sabe justificar la falta de esta. Así, no conoceremos la identidad de los involucrados hasta casi la mitad de la película, demostrando que el diálogo es fundamental para el desarrollo de la trama.

En otra historia del mismo Shinkai, Your Name, el universo construido es sencillamente maravilloso. Seguramente hará falta ver en más de una ocasión esta película para poder entender la complejidad de la obra. No porque sea complicada de entender en su argumento, sino porque esconde en sus detalles un guion bien pensado en el que inclusive las frases aparentemente inconexas, como un comentario de la abuela por una grabación de radio, están directamente vinculadas con su desarrollo como personaje, ningún diálogo está demás y cuando creas que algo no ha sido explicado en realidad ya lo hizo a través de los diálogos.

Hay que reconocer que el guion no se hace únicamente de diálogos, pero que sí es la pieza fundamental para construir las historias, y muchas veces será el vehículo principal para contar lo que no puedes o lo que no quieres que se vea en pantalla.

Un buen guion deja tras de sí “pistas”, algunas más obvias que otras pero todas deben llegar a ser coherentes… O ¿a poco creíste que la historia de Walter White en “Breaking Bad” iba a terminar bien?

 

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