Por Martín Arias
La mayoría de las veces, el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano. Tristemente, se concretó un nuevo caso. El América, con el visto bueno de su director técnico, Miguel Herrera, se hizo de los servicios del chileno Nicolás Castillo, otrora figura de los Pumas de la UNAM, para ocupar la delantera del club de Coapa, con lo que desplazó a la suplencia a Henry Martín, quien había mostrado los argumentos suficientes para ser considerado titular.
Desde el torneo pasado, se veía la intención que tenía Herrera de incorporar a un delantero más aún teniendo la solución en casa. Es evidente que los mejores años de Oribe Peralta ya pasaron, aunque sigue mostrando buen nivel, y el relevo generacional natural para el puesto, de acuerdo con sus buenas actuaciones, es Henry, quien también dejó en claro que tiene que ser tomado en cuenta por Gerardo “Tata” Martino para el siguiente ciclo mundialista.
Ahora, no sirve de nada quejarse y lo que Henry tiene que hacer es redoblar esfuerzos y trabajar más duro para cumplir con buenas actuaciones y goles en los momentos donde le toque jugar, dado que el lugar estelar será para Castillo.
Lo que es lamentable es el hecho de que “El Piojo”, quien ya fue técnico del Tri y que conoce de la necesidad de desarrollar y promover el talento nacional, haya preferido buscar por fuera el arma con la que ya cuenta.
Cabe destacar que Henry Martín ha salido de peores “resfriados”, pues de pensar en dejar el futbol ahora es campeón del fútbol mexicano. Por ello, esto sólo debe verse como una nueva prueba para el yucateco, en la cual deseamos que salga adelante.
