La Maquinita Ortiz: otro capítulo en una zaga histórica

Por Esteban Cruz Obando

Una satisfacción enorme deben sentir los abuelos, padres, tíos y tías de Yurico Ortiz, ya que es protagonista de un nuevo capítulo en la zaga que comenzó hace más de 50 años el patriarca: el boxeador Silverio “Chamaco” Ortiz padre.

Este fin de semana, en la Unidad Deportiva del Sur, Yurico enfrentó a Andrea Cruz en una pelea desigual en cuanto a edades, altura y peso, pero igual en valor y técnica. La segunda de ellas campeona en el torneo Wiliam Berzunza León.

Yurico es la hija mayor de Silverio junior, quien ha logrado darle renombre a la zaga que comenzó su padre hace más de medio siglo. Personalmente creo que es muy pronto, como crezca en edad y poder con los puños se volverá una mejor boxeadora.

Así como en su tiempo lo hizo su abuelo y más tarde su padre y tío, Rafael. Todavía recuerdo cuando don Silverio y su esposa, Mercedes Ley, llegaban a la redacción en la que laboraba con fotos y datos de las peleas de sus hijos.

Incluso con invitaciones para cubrir las funciones de boxeo que organizaban en el patio de su hogar en Chicxulub Pueblo, al que llamaron gimnasio Orley (Ortiz Ley), en donde Silverio y su hermano Rafael, ahora litigante destacado, intercambiaron los primeros golpes, esos que años más tarde convirtieron al primero en uno de los boxeadores más fieros de todo México.

Silverio Jr no ha tenido el reconocimiento de otros, incluso con menos calidad, pues logró un título mundial de una organización poco reconocida, pero debe estar en la lista de los campeones mundiales de Yucatán, aquella que encabeza el más grande de todos, don Miguel Canto Solís.

Silverio es pues un buen ejemplo para su hija, Yurico, para la cual es difícil pronosticar que logre hazañas para recordar siempre, pero de que tiene madera, nadie lo duda.

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