La niña que persiguió sus sueños

Mary Carmen Rosado Mota
@mary_rosmot
latribunaesnuestra@gmail.com

El pasado viernes cumplió 35 años una de las atletas más importantes del deporte mundial, una mujer que con su ejemplo e influencia ayudó a construir verdaderas oportunidades para las jóvenes que sueñan con prácticar el deporte a nivel profesional.

Marta Vieira da Silva nació en 1986 en Dois Riachos, un pequeño pueblo de Alagoas en Brasil. Su infancia, al igual que la de otras personas, estuvo marcada por la necesidad: sin embargo, siempre encontró en su mamá una muestra de trabajo duro, aún cuando se había quedado sola con sus hijos, pasando largas jornadas en plantaciones para traer dinero y alimento a su hogar.

Pero su mamá también fue un factor para que Marta pudiera desarrollar su gusto por el futbol; nunca la juzgó, ni le negó la posibilidad de jugar en los equipos locales a pesar de ser la única niña, por el contrario, su mamá constantemente la defendió de las críticas de vecinos que le recalcaban que las niñas no debían jugar futbol.

En su trayectoria ha militado en clubes de Suecia, Estados Unidos y Brasil, con la selección de su país ha viajado por practicamente todo el mundo, participando en cuatro Copas del Mundo de selección mayor y múltiples torneos; pero su viaje más importante lo hizo a los 14 años, cuando subió a un autobus para dejar Dois Riachos, únicamente con sus tenis y la posibilidad de probarse con un equipo en Río de Janeiro. Todo lo que vino después es la leyenda de esta atleta.

Máxima goleadora de la selección de Brasil y de la historia de las Copas del Mundo. Ganadora de la Copa América en tres ocasiones, dos medallas de oro en Juegos Panamericanos y dos de plata en Juegos Olímpicos, además de 6 veces ganadora del premio a jugadora del año de la FIFA y ser la única mujer que tiene sus huellas en el Estadio Maracaná, son tan solo algunos de los reconocimientos que ha recibido en 20 años de carrera.

Desde hace muchos años Marta participa activamente como embajadora de ONU Mujeres en campañas y proyectos para acercar el deporte a las niñas; siendo muestra de que debemos comprometernos y tomar acción para generar los espacios, las oportunidades y los mecanismos para que las nuevas generaciones no tengan que dejar a su familia, su hogar o su ciudad solo para tener la posibilidad de cumplir sus anhelos.

Gracias Marta, por tu entrega, por tu legado, por tu disciplina y profesionalismo siempre que pisas una cancha, pero sobre todo, gracias por el valor que tuviste para dejar todo lo que tenías y perseguir tus sueños. Porque verte hacerlos realidad, ayudó a cimentar los sueños de muchas otras niñas de ayer y hoy.

 

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