Este fin de semana por primera vez se presentará en Yucatán “Muerte y Transfiguración” de Richard Strauss, uno de los poemas musicales más bellos del post romanticismo y que por su complejidad en la ejecución, representa uno de los retos más importantes para la Orquesta Sinfónica de Yucatán en su octavo programa de la temporada, que se completa con la Sinfonía Número 3, “Heroica” de Ludwig van Beethoven, considerada como una de las mejores de la historia.
En el escenario del Peón Contreras, el director general del Fideicomiso Garante de la OSY, Miguel Escobedo Novelo, dijo que ejecutar este tipo de obras consolida a la agrupación, ya que implica contar con una orquesta sólida, con grandes músicos, un buen director y un público receptivo. Se trata de dos estilos muy distintos, que hacen muy especial este programa que es una verdadera invitación para no perderse la oportunidad de disfrutar de los aportes de estos dos grandes genios musicales.
Por su parte, el director de la OSY, Juan Carlos Lomónaco, consideró que Richard Strauss es un compositor complicado para cualquier agrupación sinfónica y en el caso de Muerte y Transfiguración, que es considerada una de sus obras más significativas, hace una autorreflexión en torno a su propia muerte y narra sus recuerdos de infancia y de una época más madura y cuestiona que es la existencia humana.
Compuesta en 1889 se estrenó al año siguiente en Eisenach, Alemania y fue recibida con júbilo por el público y representa la victoria del espíritu humano por sobre la muerte inexorable del cuerpo.
Strauss dejó apuntes sobre esta partitura que es infaltable en el repertorio de una orquesta sinfónica: “Se me ocurrió la idea de representar en un poema sinfónico la muerte de una persona que había luchado en pos de los más altos ideales”.
Texto y foto: Manuel Pool Moguel
