La paciente espera

Por: Carmen Garay

La palabra encontrada esta semana, llevaba escondida para ella hace varios años. Se le perdió mientras estaba inconsciente en su otra ciudad (la de México) y reapareció vigorosamente hace unas horas. Como a cualquier persona, la medianoche le sorprendió con la familia en la sala de urgencias del IMSS, en el Hospital Benito Juárez de esta ciudad bella. Nada que no hubiese experimentado antes -es paciente profesional desde niña- pero ayer fue diferente porque por primera vez, verdaderamente, observó que estaban bien organizados para atenderle.

El tradicional tumulto de tantas otras ocasiones frente a la única puerta de acceso pasó a ser dos filas ordenadas de personas: una con quienes esperan ser atendidos; otra, con familiares en espera de sus pacientes. Aunque hay más sillas, aún resultan insuficientes, pero saber en qué situación está tu familiar gracias a una pantalla electrónica, desahoga la tensa calma que suele percibirse en esos espacios públicos reducidos y democráticos. Bien por la información, bien por el mecanismo de depuración de pacientes y por el trato más humano del que fui testigo anoche.

Y pensar que penas el domingo pasado, sí, el domingo pasado, día de descanso para muchos, acompañó a su madre para su cita en rayos X de su Clínica del Issste. La entrega de fichas la hizo el propio director y la espera no fue tan larga. Bien por la atención y el trato digno a los pacientes adultos mayores, bien por la actitud amable del personal médico. Ojalá en el resto del país, sea una realidad la respuesta efectiva a demandas añejas de sanitarios limpios, amabilidad, respeto al dolor y a la condición vulnerable de los enfermos y familiares.

Está más que claro que nadie va por gusto a urgencias, pero realmente muchos van con gusto a su trabajo en urgencias, en condiciones más dignas.

Con paciencia esperé y demandé varias veces que esto ocurriera, ojalá mejore aún más y permanezca. En este mes de octubre, fecha de tantas conmemoraciones internacionales, no puedo dejar de referirme a la lucha contra el cáncer de mama porque la lucha empieza en cada persona -hombre o mujer- en la intimidad de su habitación al autoexplorarse. Otra vez, esperaré con paciencia, las acciones oficiales al respecto y no sólo alumbrado color de rosa.

 

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