La Palapita de los Tamales Mérida no se deja vencer

Claudette Aguilar tuvo que cerrar su negocio por la contingencia sanitaria, pero la comida típica de Valladolid le abre una nueva puerta en estos tiempos difíciles.

El aislamiento que se tuvo que guardar para evitar más contagios de coronavirus sin duda fue un duro golpe para muchos negocios familiares que apenas empezaban a florecer, como es el caso de “A Probar”, un pequeño puesto especializado en comida vallisoletana, que con mucho esmero e ilusión abrió la señora Claudette Aguilar Alcocer en el fraccionamiento Polígono 108 y que tuvo que cerrar temporalmente, aunque ya comenzaba a tener numerosa clientela.

“Allí invertimos todos nuestros ahorros, hasta mi esposo dejó de trabajar para ayudarme porque ya estábamos teniendo éxito con los tacos y tortas de lomitos, de chicharra, el salado en salpicón o dzik y el escabeche oriental, pero de pronto apareció el coronavirus y prácticamente nos quedamos en ceros”, dijo a Peninsular Punto Medio esta emprendedora y joven madre de familia.

Y mientras esperan a que la cuarentena pase para abrir de nueva cuenta su puesto que instalaron en la calle 20 por 27 “A” de Poligono, la situación económica de esta familia originaria de la Sultana de Oriente estaba pasando por serios apuros, por lo que no dudaron en, una vez más, emprender, y con los pocos ahorros que les quedaban comenzaron a ofrecer pibes y comida típica de Valladolid a través de la página de Facebook “La Palapita de los Tamales Mérida”.

“Se eligió este nombre porque mi hermano Alejandro tiene en Valladolid un restaurante que así se llama, y entonces la gente que ha probado la comida allá nos busca en Merida”, explicó la entrevistada, quien comentó que la gente le pide raciones de escabeche oriental, de lomitos de Valladolid, mondongo a la andaluza y otros platillos.

“Esto es lo que me gusta, cuando cocino pongo mi música y sigo al pie de letra las recetas de mi mamá, doña Argelia Alcocer, que hace diez años que se nos adelantó; ella cocinaba delicioso, era muy conocida en Valladolid, la gente la recuerda cuando en los gremios preparaba sus palanganas de mechado o de relleno negro enterrado”, señaló.

Algo que es importante señalar es que Claudette utiliza los ingredientes que le mandan desde el mercado de Valladolid, como el achiote o el recado blanco, que le da un sabor muy especial a los platillos que prepara, como el bistec de cazuela, de vuelta en vuelta y para el escabeche.

“Si no lo tengo, mejor no hago nada”, dijo la entrevistada, quien recordó que no todos los días prepara comida. En la página pueden ver tanto el listado de guisos como los días en el que se preparan.

Uno de los antojitos vallosoletanos que son de lo más solicitado es el “chachacuá”, una especie de tamal colado con carne de pollo, su col, huevo sancochado, epazote y tomate que cuece en un horno de piedra, y qué decir de los pibes, que a pesar de no estar en época de finados, son muy buscados por los comensales que hacen, desde uno o dos días de anticipación, sus pedidos al 9994 -75-58-53, y luego van por ellos al domicilio de Claudette, ubicado en la calle 16 entre 39 y 37 A del Fraccionamiento Real del Sol Polígono 108.

“También estoy preparando serpentina, así le llamamos a los vaporcitos en Valladolid”, explicó la entrevistada, quien al igual que toda su familia, tiene una cualidad muy especial: no se deja vencer por la adversidad.

Texto y foto: Manuel Pool

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