La persona normal que ha ganado el balón de oro

Por Rodrigo Aguilar

Humildad ha sido la clave para que “alguien normal” gane por primera vez el Balón de Oro, reconocimiento al mejor futbolista del año en plena era Messi-Cristiano, que en los últimos diez años se habían quedado con 5 trofeos cada uno.

Luka Modric, cerebro y corazón de Real Madrid y de la selección croata (subcampeona del mundo), ha sido distinguido con el galardón más codiciado por un futbolista a nivel mundial. Chaparrito, sin un físico imponente y de bajo perfil se autodefine como una persona normal que disfruta ver películas en casa, ir por sus hijos a la escuela, escuchar reggaetón y casi no usa Instagram.

Y como toda persona normal que llega al éxito, su camino ha sido de lucha, humildad y perseverancia. Las mejores cosas no llegan jamás fácilmente y ese es mi credo. “Mi vida está hecha a base de lucha y mucho trabajo para conseguir mis objetivos”, declaró en entrevista con France Football, la revista creadora del prestigiado premio.

Tras una infancia impactada por la guerra en su país que orilló a él y su familia a vivir en campos de refugiados durante cuatro años, Modric se dedicó a jugar fútbol como distracción de ese ambiente hostil. Sus cualidades lo hicieron destacar rápidamente hasta llegar al Dínamo Zagreb, el club emblemático de su país, y después al Tottenham de la Liga Premier inglesa. A partir de ahí su historia es conocida.

Pero en su camino también enfrentó el rechazo por su estatura y su físico poco atlético. A los 18 años fue rechazado por el Arsenal, concretamente por su técnico Arsene Wenger. “Soy más fuerte de lo que se imaginan. No tengo miedo ni a los duelos ni a la talla de mis adversarios”, dice con orgullo.

Después llegó una premonición que lo llevó a ser pieza clave del Madrid en la Champions, el subcampeonato con Croacia en el Mundial de Rusia y hasta el trofeo de anoche: Zinedine Zidane lo llevó a su despacho y le dijo que lo veía como jugador que podía ganar el Balón de Oro, pero esperaba de él que se expresara más en el campo, que se abriera. Y lo hizo, sin hacer a un lado su humildad.

En la historia quedará que un jugador croata, representante de un país pequeño, ganó el Balón de Oro después de Cristiano y Messi, que son jugadores de otro nivel. “Nadie tiene derecho de compararse con ellos”, ha dicho Modric tras su gran noche.

 

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