Usuarios en redes sociales relatan sus malas experiencias al acudir a este sitio, desde el acoso a la clientela, cambio de partes de equipos y hasta mercancía de dudosa procedencia
Es de dominio público la mala fama que se ha ganado a pulso la Plaza de la Tecnología donde “los reparadores”, con sus robos y malas mañas, se han encargado de tirar por lo suelos el supuesto prestigio del lugar.
“Llevé mi iPhone a liberar y después de 15 días me dijeron que no se pudo, lo llevé a otra persona y me dijo que le quitaron piezas originales para sustituirlas con puras de medio uso”, dijo a Punto Medio uno de tantos afectados que para evitar problemas pidió no revelar su identidad.
En la misma página de Facebook de esta tristemente célebre Plaza de la Tecnología de Mérida, de 16 comentarios, al menos 10 son en contra, relatando malas experiencias en las que se destacan desde el acoso a la clientela, el cambio de partes de equipos que se llevan a reparar y hasta el señalamiento de que la mercancía es de dudosa procedencia. ¿Y la autoridad? ¿Dónde quedó?
La administración de la Plaza está desesperada buscando la manera de limpiar el nombre de esta franquicia en Mérida, pero poco ha podido hacer pagando publicidad a modo, ya que esto solo ha propiciado que la ciudadanía hasta memes haga en las redes sociales cuando afirman que ésta es la única plaza donde no te estafan, clonan o roban. “Nunca encontrarás un objeto de procedencia ilegal ni mucho menos robado”, reza esta publicidad que solo hace reír a quienes han sido víctimas de los abusos y robos de los reparadores, muchos de los cuales, siguen trabajando con toda normalidad.
-Mi sobrino llevó su celular, no solo no se lo repararon sino que el flex de carga no servía, la batería ya no era la original. Lamentablemente es común que se hagan transas a la gente y los administradores lo solapan -comentó uno de los afectados quien lamentó que la gente que necesita una reparación vaya “casi casi al matadero”.
-Ya todos saben que los teléfonos que venden son reconstruidos, la tarjeta es de una unidad, el email no coincide con la tarjeta, es decir que hacen un “Frankenstein” con partes de diferentes teléfonos de un mismo modelo -subrayó el entrevistado quien pidió no identificarse, ya que tiene varios amigos que trabajan en dicha plaza haciendo reparaciones y que son quienes le han revelado la manera en la que allí se trabaja.
El usuario Lois Mike Aguiar coincide con lo anterior, ya que en los comentarios que se leen en la propia página de la Plaza de la Tecnología escribió: “Te roban piezas, dejas tu cel y cuando regresas dicen que siempre no quedó bien y mientras ya te agarraron piezas, te ponen piezas usadas que no sirven; en ese lugar engañan a las personas y luego te ven con mala cara”.
Por su parte Joaquín Dávalos compartió que llevó su celular para que le reparen el display y se lo devolvieron fallando los botones, diciendo que no era su culpa y queriendo cobrar de más.
Eduardo Kú Borges escribió: “Por unos pagan todos, bola de ladrones”, una situación muy cierta que afecta a los locatarios que trabajan de manera honesta, quienes han expresado a la administración su preocupación y molestia por estas irregularidades que ocurren en la plaza, exigiendo que se castigue a los que realizan actos indebidos, ya que las ventas se fueron a los suelos.
En su momento la administradora, que dijo recién haber tomado las riendas de la plaza, ofreció actuar en contra de estas malas mañas, e incluso en relación al caso del reportero de este medio que fue afectado por uno de los locatarios que le desapareció su celular, ofreció reparar el daño, lo cual no ocurrió, esto después de más de un mes de establecer el compromiso.
Comentó que por numerosas quejas le quitaron el local al famoso Chuy, y a pesar de que se comprometió a devolver el celular del reportero, nunca apareció a la cita que se fijó en las oficinas de la plaza.
Así es que si ha decidido acudir a esta Plaza tenga mucho cuidado y pida referencias de quién le va a atender o de a quién le va a comprar. Se va a evitar muchos dolores de cabeza y muchas vueltas.
Texto: Manuel Pool
