E n el medio político yucateco, hay personajes que son queridos u odiados por un sector de la población en específico, mientras que hay otros que son completamente ignorados al ser desconocidos.
Sin embargo, hay una tercera clasificación de personajes. Se trata de aquellos que son repudiados por la mayor parte del medio político, social y empresarial, a tal grado de que uno se pregunta “¿cómo es que este personaje se mantiene en su puesto?”.
Uno de ellos sin duda es Jorge Esma Bazán, ex director del Instituto de Historia y Museos de Yucatán y creador del flamante fracaso que hoy representa el Gran Museo del Mundo Maya.
Opacos manejos financieros, escaso aporte a la cultura yucateca y mucha prepotencia, es el único legado que parece dejarle al estado.
La nueva titular de la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán, Érica Millet, todavía no sabe qué hará con el “elefante blanco” ubicado a un costado del Centro de Convenciones Siglo XXI, el cual sólo sirve para chupar recursos al Gobierno del Estado, pero de entrada ya canceló el Festival Internacional de la Cultura Maya, magno evento que no pasó de ser una buena idea.
Ojalá que en este sexenio le de a este sector la importancia que se merece, porque sin educación y cultura, una sociedad no puede apuntar a la grandeza, por muchas industrias que tengamos.
