¿Golpeteo político o crisis en el campo? Esa es la pregunta que es prudente hacerse en este momento luego de las declaraciones que lanzaron los líderes de organizaciones campesinas de Yucatán.
Es verdad que se tratan de organizaciones que se encuentran muy vinculadas al PRI (la Confederación Nacional Campesina la que más), por lo que muchos de sus reclamos pueden verse como una declaración sin validez o sin calidad moral, pero también hay algo que no se está considerando, y es que más allá de que sean una organización partidista, los lo que integran siguen siendo campesinos que requieren los apoyos.
Este tipo de organismos viven de gestiones que realizan, y si se animaron a unirse en una rueda de prensa significa que los apoyos ni siquiera están llegando de manera directa a los campesinos, ya que de otro modo no habría alguna queja.
Lo que estamos viendo es un primer año difícil para la administración federal que en busca de acomodar el presupuesto para sus programas fundamentales, no ha encontrado mecanismos para cumplir en todos los sectores económicos.
Ahora, también es verdad que Andrés Manuel López Obrador no tiene la culpa de todos los problemas que tiene el campo, un sector tan importante para todos los países y que en México se encuentra tan olvidado.
Cualquier avance que haga el Presidente en ese rubro será bienvenido, de verdad se necesita.
