El pueblo está feliz con las políticas de Andrés Manuel López Obrador.
Su paquete de apoyos sociales que prometió en campaña se está cocinando a fuego lento, pero todo mundo sabe que se terminarán entregando. Pero, además, cada día van surgiendo más apoyos sociales para acabar con la pobreza.
Sin embargo, también hay que dejar en claro que este tipo de esquema asistencialista también empieza a generar un poco suspicacia y nos hace preguntarnos como país, si en realidad estamos listos para convertirnos en un pueblo dependiente del gobierno.
Se que puede pensarse que el apoyo social era algo que ya practicaban otros gobiernos y si, es verdad, pero nunca con tanto ahínco como el actual Presidente. Nunca alguien había destinado a tanto dinero y se lo entregaba a la gente.
¿Eso nos llevará a crecer como nación? ¿No sería mejor apostarle a la educación y al fomento al empleo? ¿No es necesario que los jóvenes se encuentren realmente preparados para el futuro y puedan emprender sus propios negocios con creatividad y expectativas de crecimiento? Creo que esto hay que pensarse.
La estrategia podría resultar, pero habrá otros que opinarán que no es bueno regalar el pescado, sino que es mejor enseñar a pescar.
