La renuncia de Urzúa y lo que comunica la 4T…

Por Roberto Ojeda

Me parece que de todas las noticias y acciones que ha realizado Andrés Manuel López Obrador como presidente, muy pocas han tenido un impacto tan sorpresivo y negativo como la renuncia de Carlos Urzúa, hasta ayer, secretario de Hacienda de la 4T.

La noticia fue como un golpe a la mandíbula de todo el sector empresarial y el mercado financiero mexicano, ya que este funcionario representaba el ancla sobre la cual reposaba las esperanzas de serenidad de un gobierno que coquetea cada dos que tres con el extremismo populista que tanto daño a causado a otros países en Latinoamérica.

Y cómo reaccionó la economía a esta noticia, pues veamos:

“Dólar se dispara tras renuncia de Urzúa” y “Renuncia de Urzúa cae como ‘balde de agua fría’ a la BMV” títulos de El Financiero; “El peso y bolsa se hunden tras la renuncia de Urzúa”, publicado Forbes o “El peso registra su segunda peor caída de 2019 tras la renuncia de Urzúa; pierde 1.37% contra el dólar”, de El Economista, son una muestra clara de lo que pasó ayer en nuestro país y que no se puede esconder o negar, por más de que Ricardo Monreal negara que exista un tambaleo económico en el país.

Urzúa siempre fue la cara de la “sensatez” en medio de muchas ocurrencias, y si muchos analistas tenían algo de fe en el proyecto económico del Gobierno era porque veían en el doctor en Economía de la Universidad de Wisconsin, a una persona capaz y que entendía cómo se jugaba este jueguito macroeconómico. Tanto es así que el peso se había mantenido estable y que la inflación se ha mantenido en niveles aceptables, sobre todo en lo referente al tema energético.

Pero además, tenemos un par de problemas. El primero es que después de renunciar, Carlos Urzúa soltó dos bombas, pues denunció a funcionarios incapaces e ineptos, y a otros que tienen un claro problema de conflictos de intereses, o lo que es lo mismo: existe gente trabajando para el gobierno y que se están beneficiando de algún modo en la 4T, ya sea por prestación de servicios o por adjudicación directa de contratos, método por el cual López Obrador ha entregado más del 77% de las obras.

El segundo problema es el mensaje de la 4T ante esta renuncia. Dejemos que sean ellos los que nos no lo digan:

“Urzúa se tardó en renunciar, no fue capaz de adaptarse a la 4T”, afirmó Ricardo Monreal; “¡Qué bueno que se fue Urzúa! , estaba ahorcando a su administración. ¡Felicidades!”, señaló por su parte el senador morenista, Felix Salgado Macedonio.

Por último, veamos que dijo López Obrador: “Él no está conforme con las decisiones que estamos tomando y nosotros tenemos el compromiso de cambiar la política económica que se ha venido haciendo desde hace 36 años. Como es un cambio, una transformación, a veces no se entiende que no podemos seguir con las mismas estrategias, no se puede poner vino nuevo en botellas viejas”.

¿Esto qué significa?, pues simple, se vienen las medidas “extremistas” que advirtió Carlos Urzúa, aquellas que tanto temía el sector empresarial y que han distinguido a tantos regímenes populistas. Agárrense fuerte…

 

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