La vigencia (perdida) de los Partidos…

Por Miguel II Hernández  Madero

Los actuales partidos políticos en México han perdido vigencia, sobre todo después del desastre de julio de 2018 cuando fueron arrasados por Andrés Manuel López (no por Morena); el panorama actual es que se están cayendo a pedazos, sin encontrar el camino para sobrevivir al próximo proceso en tres años, cuando se jugarán su sobrevivencia.
Claro está, los más optimistas hablarán de que en tres años será tanto el desengaño que tendrán los mexicanos por la administración López, que “solitos buscarán nuevas opciones”. Apostarle a esto es una ilusión. Antes se debe reorganizar para que llegado el momento tengan algo que ofrecerle al electorado.

¿Qué ocurre ahora? El PRI habla en su seno de reestructuración, pero con los mismos rostros y con los mismos vicios, manteniéndose alejados de las causas populares y con una cúpula que reclama “derechos de sangre” o cacicazgos al viejo estilo de Porfirio Díaz. Parece que no entendieron que muy pocos creen las fotos de sonrisas fingidas, los discursos triunfalistas y las palabras huecas, llenas de calificativos y con lisonjas pagadas e irreales.

En el PAN, habrá que ver, pues entraron de reorganización a nivel nacional, pero están muy dañados y parte de su capital militante podría emigrar el próximo año siguiendo a Margarita Zavala y a Felipe Calderón, dependiendo de cómo se manejen esos personajes y que tan profundas hayan quedado las heridas en su proceso interno.
Sobre la izquierda, encarnada en el PRD, su proceso de selección interna está terminando de desgarrarlos. Las diversas corrientes están en un proceso de canibalismo que acabará por dispersarlos y debilitarlos aún más.
¿Y los demás partidos? Estamos hablando de agrupaciones minoritarias que a duras conservaron su registro y que buscarán alianzas (en el mejor de los casos) ante su incapacidad de afrontar solos las elecciones intermedias; y en el peor de los casos tendremos una desbandada de quienes se irán al grupo mayoritario de Morena, sacando provecho de la posición que tengan ahora.

¿Y en Yucatán? Es un panorama bastante similar. Un PRI destrozado, sin rumbo, cuyos pedazos pudiesen ser unidos y parchados, pero que lamentablemente tienen aún la sombra de quienes no se quieren ir, de quienes se aferran a un discurso y manera de actuar obsoletos y que piensan que tan sólo con estar ya tienen garantizado el triunfo. Acaban de tener una derrota estrepitosa que debe enseñarles algo. Sólo tuvieron un candidato al Senado ganador, a quien desde el mismo partido le pusieron zancadillas y que seguramente en 2018 hará un tercer intento para ser candidato a Gobernador, lo interesante será ver que tan despedazado estará ese instituto político donde ya no hay líderes, sino simples x´maoficios.

El PAN, partido ganador en Yucatán, tendrá los reflectores durante seis años, pero cargarán una carga muy pesada con su arranque de cacería de brujas, dilapidación de recursos, prepotencia y falta de tacto políticos, aún con sus propios militantes y ex candidatos.

De la izquierda, ¿qué se puede decir en Yucatán? El PRD tiene desde hace años los mismos nombres, la misma dirigencia, los mismos candidatos; eso muestra que en sí no hay un proceso de crecimiento, encontraron un área de confort y de ahí no moverán, total, hasta ahora han mantenido su registro en las elecciones ¿para qué preocuparse de la expansión del partido en la entidad? Si hay más gente, habrá más competencia por las posiciones políticas y eso no les conviene.

Lo interesante es que México y Yucatán, en 2019 afrontarán un panorama muy distinto al que esperaban todos al principio de 2018, esperemos a ver quienes logran sobrevivir y quienes cambiarán de camiseta o desaparecerán del escenario político. En suma, la vigencia de estas corrientes políticas se desvanece y muchos buscarán el cobijo de Morena.
Hasta la próxima…

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