Las tragedias de Joe Biden

Joe Biden superó la tartamudez cuando era niño, se convirtió en senador de los Estados Unidos a los 29 años, más tarde ocupó la vicepresidencia durante la era Obama y ahora es el presidente electo de su país, pero no todo han sido victorias. Su vida también ha estado marcada por la pérdida y el dolor.

Semanas antes de jurar al cargo en el Senado, en 1972, recibió una llamada con la triste noticia de que su primera esposa y su hija habían perdido la vida en un accidente de tráfico. Su primer intento de ser presidente de Estados Unidos, en 1987, fracasó con su retirada tras ser acusado de plagio. En 2015 su hijo mayor Beau, que había sobrevivido junto con su hermano al choque, murió de cáncer a los 46 años.

Las tragedias de Biden lo han hecho una persona más empática que, según sus amigos, exasesores y compañeros en su estado natal de Delaware, lo convierten en un político cercano a la gente y auténtico.

“El dolor parecía insoportable al principio y me tomó mucho tiempo reponerme (…) Lo logré, con mucho apoyo y reconstruí mi vida y mi familia”, escribió el político demócrata en sus memorias publicadas en 2017 bajo el título de “Prométeme, papá”.

“Cuando hablo con personas en duelo saben que hablo por experiencia. Saben que tengo una sensación de lo profundo que es su dolor”, reconoció.

Para Biden, la familia siempre ha sido el centro de su vida. Otro momento difícil que ha tenido que enfrentar es acompañar a su hijo Hunter en su lucha contra la adicción a las drogas y el alcohol.

Pero Biden ha salido siempre en su defensa, tanto por las adicciones como por los controvertidos negocios que tuvo en Ucrania cuando su padre era vicepresidente en la administración Obama.

A su lado, en los triunfos y en los momentos más tristes, ha estado su esposa Jill, una profesora que conoció en una cita a ciegas hace más de 40 años y con quien tiene una hija, Ashley.

TRÁGICO ACCIDENTE

En 1972, Biden estaba a punto de convertirse en el sexto senador más joven de la historia de Estados Unidos tras ser elegido por Delaware, el Estado donde creció, cuando recibió una llamada que le informaba del accidente de coche en el que su esposa Neilia, de 30 años, y su hija pequeña, Naomi, de 13 meses, murieron. Los dos hijos varones, Beau, de tres, y Hunter, de dos, resultaron heridos de gravedad.

Tras la pérdida, Biden consideró renunciar a su escaño, pero finalmente juró unas semanas después desde el hospital, junto a la cama de uno de sus hijos que se recuperaría del choque.

“Nailia era mi mejor amiga, mi mejor aliada, mi apasionante amada”, le dijo un par de años después de la tragedia a Kitty Kelley en un perfil para el Washingtonian.

“Cuanto más vivíamos juntos, más disfrutamos de todo, desde el sexo hasta los deportes. La mayoría de los chicos no saben realmente lo que perdí porque nunca supieron lo que tenía. … Cuando pierdes algo así, pierdes una parte de ti mismo que nunca volverás a recuperar”, confesó a la periodista.

Durante años, el ahora presidente electo iba y venía en tren desde su ciudad, Wilmington, a Washington, D.C. para poder estar con sus hijos. El viaje de una hora y media que hizo cada mañana para regresar por la noche a casa le valió el apodo de “Amtrak Joe”, en alusión al nombre de la red de trenes de pasajeros estadounidense.

JILL LE DEVOLVIÓ LA VIDA

Años después, Biden empezó a salir con una profesora divorciada, Jill Jacobs, a quien conoció gracias a una cita a ciegas organizada por su hermano.

Jill contó a la revista Vogue que Joe le propuso matrimonio unas cinco veces y que, finalmente, aceptó tras despejar sus dudas sobre convertirse también en la madre de los dos niños.

Biden volvió a encontrar en Jill el amor. “Me devolvió la vida. Me hizo pensar que mi familia podría volver a estar completa”, escribió el político en sus memorias.

Y en 1981 la pareja tuvo una hija, Ashley, que ahora es una activista filántropa y diseñadora de moda. Está muy involucrada con el bienestar animal e impulsó que su padre aprobara la Ley de Información al Consumidor de Protección de los Delfines de 1990. En 2017 lanzó Livekihood Collection, una marca de ropa ética.

Además de ser su segunda esposa, Jill ha sido la mujer que ha estado a su lado durante los momentos más tristes y difíciles de su vida. Lo levantó tras la tragedia de perder a Nailia y a su pequeña Naomi, formó una familia con él y arropo a sus hijos cuando acababan de perder a una madre.

No sólo eso, fue testigo de su primer intento por convertirse en presidente de Estados Unidos en 1987 que acabaría por abandonar debido a los señalamientos en su contra por plagiar el discurso de un político británico.

PERDER A OTRO HIJO

Luego de acompañar al expresidente Barack Obama durante ocho años como compañero de fórmula, Biden optó por no presentarse como candidato demócrata a las elecciones de 2016. La tragedia volvió a tocar su puerta. Su hijo mayor, Beau, había muerto de cáncer cerebral a los 46 años.

Tanto Beau como Hunter lo habían animado a presentarse, pero el demócrata reconoció que era muy pronto, que aún no recuperaba las energías. “Sabía por experiencias previas que el duelo es un proceso que no respeta calendarios ni horario”, dijo en 2017 al periodista David Kamp para la revista Vanity Fair.

Tres años después Biden decidió que era momento y, durante la campaña de 2020, Beau estuvo siempre presente. En el cierre de la Convención Demócrata le rindió tributo y recordó la vida y carrera de su hijo, que se estaba convirtiendo en una estrella del Partido Demócrata.

“Beau está conmigo todos los días. Si estuviera aquí esta noche, él me recordaría ‘simplemente sé quién eres’. Soy una mejor persona gracias a él”, tuiteó el ahora presidente electo tras el homenaje.

LOS ESCÁNDALOS DE HUNTER

Alcohol, drogas, un matrimonio fracasado, la relación sentimental con la viuda de su hermano y varios centros de rehabilitación han causado polémica en la vida de su hijo Hunter. Pero Biden lo ha apoyado siempre y también ha salido públicamente en defensa del único hijo con vida que le queda de su primer matrimonio.

Hunter, abogado y asesor de inversiones, se convirtió en el objetivo de Donald Trump en la recta final de la carrera presidencial para atacar a su contrincante político y acusarlo de corrupción. Sobre todo, aprovechó la polémica que causaron los negocios de Hunter con una empresa de gas ucraniana cuando Biden era vicepresidente.

El día de las elecciones presidenciales, justo antes de retirarse a su cuartel de campaña, Joseph Robinette Biden JR visitó Scranton, una ciudad al noroeste de Pensilvania, donde se jugaba parte de la presidencia de Estados Unidos.

Allí, colocó un mensaje en la puerta de una modesta casa: “De esta casa a la Casa Blanca, si Dios quiere”. En aquella casa, en sus primeros años, había vivido junto a su padre y su madre, de origen irlandés. Fue el primer hogar del próximo presidente de Estados Unidos antes de mudarse a Delaware donde reconstruyó su vida y su familia.

Texto y fotos: EFE

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