Las ventas se desploman en el Lucas de Gálvez y el San Benito

La poca afluencia ocasiona el cierre de locales y que oferentes salgan a las calles

A pesar de que se han retirado las vallas en el acceso principal, la poca afluencia que llega a la zona de mercados del Centro Histórico de la capital yucateca ha provocado que las ventas caigan en estos sitios de abasto hasta un 70 por ciento, y que algunos comerciantes que ya no pueden pagar la renta de sus locales tengan que mudarse a sus casas para expender allí sus productos.

En su desesperación, otros que cuentan con locales al interior, en donde la afluencia prácticamente es nula tras el cierre de accesos por la pandemia, buscaron salir al encuentro de la clientela: arreglándose con los líderes lograron un espacio como ambulantes, al pagarles 200 pesos semanales.

Lamentablemente, la ambición de los dirigentes que buscaban colocar a más vendedores ambulantes y cobrarles su cuota, propició que ayer lunes las autoridades realizaran una limpia en la zona, para evitar aglomeraciones que puedan complicar el panorama epidemiológico y que, ante la alta posibilidad de aumento de contagios, se tenga que tomar a mediados de enero decisiones más drásticas en torno a la movilidad.

Así es que pasado el mediodía de ayer lunes, con el apoyo de la Policía Municipal, inició el retiro de unos 150 vendedores ambulantes, a quienes se les permitió que sigan ofreciendo sus productos entre los que se encontraban tomates, mandarinas, plátanos y chiles habaneros, pero caminando entre el público y sin tener un punto fijo o semifijo.

“Que caminen fue la orden”, comentó uno de los uniformados, mientras que sus compañeros intentaban convencer a unos vendedores que se encontraban a las puertas del edificio Siglo XIX, quienes pidieron que se les diera una oportunidad para terminar de vender lo poco que les quedaba.

Al respecto, una vendedora que tiene su puesto en la llamada área de tianguis, el cual ocupa solo para guardar sus productos y embolsarlos para luego ofrecerlos como ambulante, dijo que contaba con un espacio en la calle 56, del que fue retirada por los elementos policiacos, por lo que ahora se las ingenió para amarrar con unas sogas una caja de plástico en la que llevaría su mercancía arrastrándola y llevando en la mano una o dos bolsas con tomates, mandarinas, plátanos o chiles habaneros.

En esta parte del mercado “Lucas de Gálvez”, solo uno o dos locales con cortinas metálicas estaban abiertos, mientras que apenas una o dos mesetas contaban con apenas un poco de mercancía apilada en pequeños montones.

En el recorrido que realizó el equipo de Peninsular Punto Medio fue posible ver que el pasillo uno que conduce hacia el área del “galerón” se encontraba también libre de ambulantes; sin embargo, en el pasillo contiguo aún se mantenían vendedoras de flores y de dulces de calabaza y papaya melada. Según se explicó, en estos casos se cuida que se mantenga la sana distancia y que en todos los puestos se cuente con gel en alcohol para aplicar a la clientela.

Según comentaron los locatarios, las ventas se fueron al piso en el momento en el que se alejaron los paraderos de la zona de mercados, por lo que hay amas de casa que para evitar caminar muchas cuadras cargando sus bolsas, prefieren comprar cerca de sus casas, aunque paguen más por los productos.

Otros de los aspectos que contribuyó a esta crisis que padecen los dos mercados más grandes de la ciudad fueron las restricciones que se hicieron para evitar la entrada a los adultos mayores, que eran los que más acostumbrados estaban a comprar principalmente en el “Lucas de Gálvez”.

En el área de carnes de “San Benito” era visible la falta de clientela, pues solo funcionaban unos 10 o 12 locales, de los más de 80 que estaban activos hace unos meses.

Y para terminar de empeorar la situación, este lunes se enteraron sin aviso de por medio que sus proveedores le subieron dos pesos por kilo de carne, tanto de res como de puerco, por lo que al aplicar el alza al público, esta debería de ser de 4 pesos más.

Sin embargo, los carniceros coincidieron en que para evitar que el aumento se refleje en una menor venta, han decidido absorber el alza, de modo que el kilo de puerco que debería de costar entre 80 y 84 pesos, se mantiene en 78 pesos. La res se cotiza en 100 pesos y en 120 en el caso del bistec.

En cuanto al área de pollo y pavo, el dirigente de los comerciantes del ramo, Manuel Cano Pacheco, dijo que debido a todas las circunstancias antes enumeradas, solo la mitad de las 48 mesetas se mantenía en funcionamiento.

Respecto a los precios de los productos, el dirigente destacó que se mantienen, pero que las ventas han estado muy bajas, ya que por la economía que en estos momentos se encuentra muy afectada por el tema de la pandemia, no alcanza para llevarse un pavo entero, por lo que han optado por vender desde un cuarto o medio pavo con tal de tener venta.

El pavo se cotiza en 60 pesos el kilo, mientras que el pollo está en 45 pesos el kilo y 25 el kilo de muslos.

Texto y fotos: Manuel Pool

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