Le salió lo chantajista a la alcaldesa de Seyé

Aunque no existe ninguna ley ejidal que comprometa la realización de una asamblea a la aprobación de las autoridades municipales, la alcaldesa de Seyé, Lizbeth Cauich Puch y su esposo el ex alcalde José Manuel Cauich Miam, han pretendido aprovecharse de que por la situación de la Pandemia, la Procuraduría Agraria condicionó, que para la celebración de una asamblea ejidal en este caso para la regularización de tierras, se debería de contar con la anuencia de la autoridad Municipal.

Resultó que para otorgar su firma y que se llevara a cabo la asamblea, la alcaldesa pedía además de una fuerte cantidad de dinero, que se le entregaran 30 hectáreas de tierra y que se arregle todo para que un cuñado quedara como próximo comisario ejidal.

Ado lo dijo el actual comisario ejidal de Seyé, José Francisco Burgos Pech, quien convocó a los ejidatarios para informarles que por estas razones, se suspendió la reunión, pero adelantó que se defenderán con legalidad los derechos de los ejidatarios, a quienes pidió mantenerse unidos para que en la primera oportunidad reciban los títulos de propiedad sobre sus tierras ejidales.

Recordó que tras un trabajo de tres años se pretendía concluir el proceso de legalización de títulos de propiedad a favor de 700 familias, el cual quedó inconcluso por esta falta de autorización que dijo, es un chantaje por parte de la alcaldesa que envió a su marido a negociar su firma a cambio de 500 mil pesos, su adhesión al ejido, la entrega de 30 hectáreas,

Además pedía que un cuñado de la alcaldesa sea el siguiente comisario ejidal y que en su caso particular, Burgos Pech, desista de sus intensiones de buscar la alcaldía de Seyé. Ahora el comisario es precandidato de Morena.

Los ejidos son autónomos, no vamos a cautivos del chantaje, dijo el comisario quien recordó que inclusive acudió a manifestar de esta situación a la Procuraduría Agraria de Mérida, donde ofrecieron una reunión con la alcaldesa y el comisariado para que se le explicara que de debería llevar a cabo la asamblea, pero pasaron los días y no se hizo nada por lo que llegó el día del evento y no se realizó.

También dijo que al interior del Ejido que está formado por mil 600 personas, existe una pequeña facción que buscan tomar controlar del ejido y hasta del municipio.

“Son ellos quienes rompieron la convocatoria de la reunión que se está posponiendo, acostumbran actuar de esta manera porque no hay autoridad, ellos mismos comandan las acciones”, recalcó el comisario Burgos Pech, quien aseguró que aunque pronto dejará de tener el cargo seguirá defendiendo los derechos del ejido como integrante del mismo, además de que adelanto se trabaja jurídicamente con un despacho jurídico.

El 31 de enero se llevará a cabo la próxima asamblea ejidal pero ahora será para tratar el tema del cambio de comisario.

Texto: Manuel Pool.

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