Los Antojitos de La 47, simplemente deliciosos

El compromiso por mantener la calidad de la comida le ha valido a doña Normita para continuar con buena venta, aún en tiempos de contingencia.

Adoña Segovia el trabajo no la asusta, y aunque en estos días en los que solo se habla de COVID-19 no abre la escuela, que es su mayor fuente de clientela, gracias a su buen sazón sigue teniendo todos los días muchos pedidos para llevar que le hacen los empleados y los vecinos de la colonia Petronila y alrededores, que desde hace 6 años conocen y disfrutan de su amplio menú, en el que por supuesto en estos días Santos, se encuentran las doraditas y crujientes empanadas de cazón, además del tradicional brazo de reina.
Y es ese compromiso por mantener la calidad de los antojitos que vende lo que le ha valido una merecida fama a doña Normita, que, dicho sea de paso, siempre tiene una sonrisa y un trato amable con su clientela.
“En realidad, mi mamá con esto nos creció, ella vendía sus panuchitos y salbutitos aquí cerquita en la calle 84 A, con la 47, el local ya no existe, por su edad y por la enfermedad dejó de trabajar y desde que falleció se dejó el puestecito. Yo desde muchacha me fui a la Fidel Velazquez, allí abrí mi loncheria, bendito Dios me fue bien, pero estaba lejos de mi mamá, y por ella regresé a estos rumbos”, dijo la entrevistada.
“Yo me establecí aquí en la calle 47 por 82, y bendito sea Dios nos va bien todos los días, solo no abrimos el domingo, ya lo sabe la gente, además desde temprano tenemos sopes, panuchos, empanadas y tortas. Estamos desde las 7 de la mañana y hasta el mediodía, pero ahora con esto del coronavirus, ha bajado un poquito la venta y acabamos un poquito más temprano”, comenta.
La actividad para doña Normita comienza desde las 4 de la mañana cuando se levanta para hacer las compras en el mercado. A su regreso, inicia con la preparación junto a su hermanita Gloria, de las carnes, el guacamole, y las salsas.
“Todo lo que se va a utilizar se prepara en el día, a mí me gusta cocinar, yo preparo todo a mi gusto, pero no estoy sola, mis dos hijos me ayudan aquí. Aldair, atiende el cliente, yo soy la que fríe y mi hermanita se encarga de preparar las tortas”, comenta nuestra amiga, quien revela que el secreto para que todo este rico es servir la comida caliente, pero principalmente que todo se haga con amor.
Uno de los antojitos más solicitados son las empanadas especiales que están rellenas de carne asada o empanizada, además de las normales con carne molida o queso, y también de cazón en estos días de semana santa.
La especialidad de la casa, es una súper torta que cuesta 35 pesos y que lleva jamón, queso, huevo y la carne que guste el cliente, que puede ser asado empanizado, carne de pollo o hasta de carne molida.
A futuro, dice, le gustaría mucho hacerse de un lugar propio, para ampliar el comedor y que sus clientes más cómodos.
“Por el momento estamos bien, es un lugar agradable con sus dos mesitas, ahorita por el coronavirus las autoridades nos pidieron que todo sea para llevar pero no nos quejamos, hay muchos pedidos gracias a Dios, desde mucho antes de que comenzará todo está situación del coronavirus la gente está acostumbrada a llamar y en 20 minutos pasar por su comida”, puntualizó.

Texto y foto: Manuel Pool

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