Mantenerse agresivos

Tras la victoria más importante de su vida, el entrenador Doug Pederson utilizó reiteradamente un término cuando se le preguntaba sobre la clave para vencer al equipo más poderoso de los últimos años: “nos mantuvimos agresivos”.

Y es que conseguir ocho jugadas de más de 20 yardas en un partido en el que los contendientes suelen comportarse sumamente conservadores, cuando tu mejor arma en la temporada fue la defensiva y el mariscal de campo suplente es quien orquesta al equipo, definitivamente es ganarse el calificativo.

Esa agresividad fue definitivamente el factor sorpresa, pues jugar un duelo de ofensivas ante los Patriotas de Nueva Inglaterra no era lo que todos esperábamos.

Antes del partido, suponíamos que las Águilas tratarían de frenar a Tom Brady, jugador más valioso de la temporada, presionándolo constantemente y reduciendo su tiempo para lanzar.

No obstante, los emplumados se enfocaron más en hacer daño a la flaqueza del equipo de Belichick: la defensiva secundaria.

De esta manera, Philadelphia terminó el encuentro con 538 yardas totales -90 de ellas cortesía del ex-corredor de los Patriotas, LeGarrete Blount-, pero parecía que eso no sería suficiente, pues con 2:20 minutos en el reloj, la mesa estaba más que puesta para que Edward Patrick Brady hiciera de las suyas.

El ovoide llegó a las manos de Dion Lewis, quien tímidamente se arrodilló para no arriesgar las 25 yardas que la Liga le regala a los precavidos. Entonces Brady comenzó como dictaba el instructivo: pase corto a la banda para Gronkowski, su más seguro receptor, quien salió del campo para ganar 8 yardas y detener el reloj de juego. En esa jugada, Brandon Graham se dio cuenta que necesitaba hacer algo por su equipo y demostrar que él también es agresivo.

El ala defensiva tenía apenas dos modestas tacleadas y se propuso hacer la jugada grande, pero David Andrews, el centro de los Patriotas, lo detuvo.

Sin embargo, Graham tenía una asignatura pendiente: el cumpleaños de su hija.

La pequeña Emerson cumplía dos años y su padre apenas había podido estar con ella. Era necesario compensar esa ausencia, justificar el sacrificio y hacerle el mejor regalo de cumpleaños.

Y entonces llegó el golpe de gracia: Brandon aprovechó que Andrews se distrajo del otro lado, desplazó con enjundia al guardia derecho y sin alzar la vista lanzó un manotazo al brazo más valioso de la temporada. Balón suelto, primero y diez para Philadelphia y happy bithday Emerson.

 

“si quieres ganar este juego, debes tener el control de él” -Brady

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