Armando Escalante
Periodista y analista político
A lo largo de todo un año y algunos meses, varias personas —muchas es el término correcto— han coincidido entre ellos y luego yo con ellas, en que lo peor del presidente Manuel López no son sus frecuentes expresiones injuriosas, sus constantes calumnias y sus repetidos ataques a distinta gente; no eso no es lo peor. Tampoco es lo más malo del presidente que muy seguido nos ofrezca datos inexactos, que altere la realidad, subestime las variables mundiales y que pase por alto hechos claros y contundentes en materia de economía. Eso no es lo malo.
Y menos es lo más grave que subestime los problemas de México y quiera imponer otra realidad como por ejemplo, negarse al combate al narcotráfico, para insistir en que la corrupción es el peor problema de México pero que gracias a que él llegó al poder, ya no hay tal. Eso es terrible pero no es lo peor del peje.
Quizá haya más cosas que podamos pensar juntos que parecen ser lo peor de Manuel López, pero en nada se compara con lo dañina que es la gente que lo idolatra, que lo sigue y que lo defiende a capa y espada, desacreditando todas las pruebas que al contrario, nos confirman el mal gobierno que está llevando al cabo, engañando a millones de personas. Ahí está lo verdaderamente malo del presidente: esa gente que confía a ciegas en él, que se ha negado a ver las evidencias, a subestimar las pruebas y descalificar a quienes las presentan, atacando a los medios sin darle crédito a que con los propios documentos oficiales del gobierno, se ha podido documentar muchas ilegalidades que se cometen.
En vez de ser unos seguidores exigentes, unos fiscales con mayor derecho, se dedican a defenderlo sin prestar ojos y oídos a tantas personas que a diario nos confirman lo contrario. Nos los topamos en los grupos de whatsapp, en las redes sociales, en la calle, dispuestos a comparar lo incomparable, a negar lo innegable y contestar cualquier pachotada con tal de defender lo indefendible. Esa gente es la más peligrosa para el propio AMLO porque es a la vez la más ignorante, dañando a los demás con su desconocimiento y desinformación. Se han negado a la realidad, aunque la tengan enfrente. Hay que tener cuidado si se los topan. Por mi parte, cuando los detecto, los tiro a locos…
El xix.- Es inevitable lo que viene para Yucatán: conservadoramente hablando, a juzgar por las cifras diarias que da la autoridad de Salud. Es muy probable que al final del mes de mayo –en 20 días–, los fallecimientos por coronavirus pasen ya de 100 personas. El sábado cerramos con 68 pero esta semana habrá más fallecimientos. Si cada día tenemos 2, 3 o más decesos, es evidente que a fin de mes superaremos el centenar. Y eso a pesar de que se han establecido medidas anticipadas, algunas extremas, impopulares y hasta molestas, pero todas encaminadas a salvar vidas. Solo la gente ignorante no lo ve así. Quédese en casa.
