Por Sergio Aguilar
“Se las metimos doblada”… Esta declaración no es sólo desagradable, sino que para decirlo sin rodeos, viniendo de un futuro servidor público que tendrá a su cargo una de las más importantes editoriales de Latinoamérica, son de verdadero pánico. Igual de desagradable es el silencio al respecto que por varios días tuvo AMLO, y el hecho de que en estos momentos Taibo sigue igual de encaminado al puesto, aparentemente, sin mayor resistencia.
Pero hay otra cosa que hay que decir sin rodeos también, y es que la crítica a Taibo no viene inocente: está acompañada de una derecha que, viéndose ahora oposición, quiere hacer creer que tiene un genuino interés en la agenda de género, indígena o de consultas ciudadanas.
Es curioso que no se haya hecho este escándalo cuando Peña Nieto, que para todos los propósitos prácticos, sabíamos que iba a ser el candidato del PRI a la Presidencia (y fue Presidente), declaró en 2011 que “no era la señora de la casa” como para saber de precios de la canasta básica. De esas declaraciones nunca se disculpó, sino que respondió a las críticas diciendo que son “descalificaciones fuera de contexto”. Y eso que estamos olvidando el “ningún chile les embona”, del mismo siniestro sujeto ex presidente.
Es en el contexto de esta derecha que trata de acomodarse a ser el de oposición al gobierno donde se cuelan fenómenos risibles en la superficie, y bastante problemáticos al pensarle un poco. Por ejemplo, la marcha fifí, que ha optado por aprovecharse de ese significante para distinguir con orgullo “su raza”, como lo diría Mariana Gómez del Campo, ex senadora del PAN, al compartir una imagen de un poodle blanco y un perro negro con ojos bizcos. Tras la ola de críticas, salió con su miopía liberal de que “podemos no coincidir pero sí convivir”. ¿Puede usted convivir con una racista de semejante ignorancia?
Y esto culmina en los diputados del PAN contando hasta 43 en el Congreso de la Unión, durante la toma de protesta de AMLO, un cántico de duelo que la bancada de Morena de la anterior legislatura popularizó para recordar a los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. No me parece hipócrita que se sumen a este grito de justicia (que por supuesto que lo fueron), sino que me parece hipócrita que no hayan seguido contando hasta 200,000, para recordar a las víctimas que la guerra idiota de Felipe Calderón inició. Eso hubiera sido ser congruentes.
Es así como regresamos a Taibo. Porque por más desagradable el comentario, tuvo la mínima decencia de disculparse. Y por más pobre que podamos tachar a la disculpa, al menos esta existió, y es un error que le va a costar mucho a su gestión limpiar, por lo que se verá obligado a trabajar con mucho mayos esfuerzo dada la resistencia que se ganó. esto es mucho más que lo que podemos decir de Peña Nieto saliendo por la puerta lateral del Congreso, como el ladrón cobarde que es, tras haber sido (con mucha delicadeza, pues se merecía más) duramente golpeado por el discurso del nuevo presidente.
[Este texto tuvo inspiración, y toma algunas ideas, de la nota publicada por Álvaro Hernández Villalobos en Facebook el pasado 3 de diciembre, bajo el título “Taibo, machismo y soberbia”, cuya lectura recomiendo ampliamente].
